La 14ª etapa del Giro de Italia dio para mucho. Certificó el triunfo de una fuga muy valiente sobre un pelotón en el que Astana e INEOS pusieron un ritmo endiablado, pero donde no pudieron acabar con la resistencia de unos corredores que estaban llamados a soñar con la gloria en la mítica cima del Monte Zoncolan.
Hasta allí se encaramaron peleando por triunfo dos corredores, los más fuertes y resistentes de esa titánica fuga. El primero de ellos Jan Tratnik, del Team Bahrain Victorius de Mikel Landa que están demostrando un gran pundonor después del abandono del ciclista de Murguía por una dura y grave caída al comienzo de la carrera.
Tratnik fue el encargado de poner la emoción en las rampas del Zoncolan con un ataque que pilló desprevenido a todo el mundo. A todos menos a Fortunato, corredor del equipo Eolo Kometa que dirige Alberto Contador junto a todo su equipo en el que figuran su hermano Fran Contador y sus inseparables amigos Jesús Hernández e Ivan Basso, ambos corredores retirados con el pinteño y con los que dio mucho espectáculo en la carretera.
Fortunato vio el órdago de Tratnik entre la niebla y como si de una película de indios y vaqueros se tratase, salió al galope tras él, torturado por los porcentajes imposibles de una subida tan exigente como el coloso Zoncolan. Una cima que contó con la presencia de aficionados, demasiados quizás teniendo en cuenta la situación que atraviesa el mundo. Dejándose llevar por la emoción, tocaron, empujaron y pusieron el aliento sobre los corredores como si nada hubiera pasado en todos estos meses.
Fortunato encadenó una pedalada tras otras mientras desde su hotel de Italia, otra persona seguía la carrera con la mayor emoción. Se trataba de su jefe, Alberto Contador, que sabe lo que es escribir la historia en esa misma cima, aunque por una vertiente diferente a la que se subió este sábado. El ganador de tres Giro de Italia en los años 2008, 2011 y 2015 no podía contener la emoción al ver a su pupilo ponerse en cabeza y lanzarse hacia la línea de meta.
Los Eolo Kometa ha peleado mucho durante esta carrera, su primera vuelta de tres semanas desde la creación del equipo. Se han colado en muchísimas fugas con protagonismo de corredores como Gavazzi o Albanese, dando al palo en alguna ocasión incluso. Por ello, cuando solo quedaban ya metros para la gloria, Alberto se rompía la voz dejándose llevar por la emoción.
La locura de Contador
Gritos y más gritos de rabia sin poder controlarse. Afirmaba el pinteño que estaba incluso más nervioso que cuando corría. Normal, cuando 'el pistolero' bailaba había ya poco que hacer, ponía la carrera del revés casi sin darse cuenta. Ahora, sus funciones son otras, algunas tan brillantes como liderar este proyecto al que Fortunato consiguió poner una de sus primeras guindas.
Efectivamente, el corredor italiano consiguió quemar las últimas rampas del Zoncolan con vuelo raso y cruzar la línea de meta en primer lugar dando al Eolo Kometa, una formación con apenas una década de vida y que ha ido subiendo de categoría en categoría sin perder el prisma de los jóvenes, su primera victoria en una gran vuelta en su primera participación. Y tenía que ser en el Zoncolan y con una Aurum desafiando a la gravedad, la nueva marca de bicicletas que han sacado el propio Contador e Ivan Basso. El sueño se completaba de manera increíble. Su corredor, su equipo, su bicicleta y su emoción conquistando uno de los colosos del Giro de Italia. Comprensible tanta emoción.
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