Aleksandr Vinokúrov tiene ahora 47 años, pero no hace mucho que era uno más del pelotón donde se convirtió en una referencia muy influyente, pero también en un ciclista muy polémico, siempre rodeado por algunas dudas y por algunas sospechas que en ciertos momentos se tornaron en realidades y en sanciones. Sin embargo, el hasta hace unas horas alma mater del nuevo proyecto de Astana sabía encontrar los huecos para colarse y seguir triunfando.
Sin embargo, ahora el correctivo le ha llegado desde la que era su propia casa. Así consideraba él a la formación kazaja, a quien ha hecho grande en los últimos años llevando el nombre de su país por todo el mundo. A pesar de ser de etnia rusa, Vinokúrov siempre se ha considerado un referente de Kazajistán en el resto del planeta. Ahora, sin embargo, ha visto como le han abierto las puertas de su propia casa por un problema interno rodeado de mucho dinero.
El terremoto Vinokúrov estalló en el peor momento, a pocos días de comenzar el Tour de Francia, carrera que ha consumido ya sus primeras etapas. Sin embargo, el inicio de la ronda gala ha sido el escaparate perfecto para que esta noticia reciba una repercusión mediática que, en cualquier otro momento, hubiera sido mucho menor. Astana, que ha llegado a Francia más pendiente de conseguir etapas que de un puesto en la general, ha prescindido de su líder y del impulsor de su proyecto desde el año 2012 por "motivos personales e internos".
El conflicto que ha provocado la salida de 'Vino' de la que era su casa ha generado también un importante revuelo en el pelotón ya que el kazajo era una persona muy conocida para el mundo del ciclismo. Todavía hay muchos corredores que compartieron batallas con él y directores de equipo que antes fueron sus rivales y, a pesar de sus polémicas, fue una persona que dejó una huella importante. Sin embargo, los problemas económicos y los líos con los patrocinadores han provocado que ni siquiera el estado de Kazajistán haya podido interceder por uno de sus héroes deportivos más históricos.
Conflicto con los patrocinadores
El equipo Astana ha vivido estos últimos años con el agua al cuello en casi cada temporada. Los problemas económicos han sido una constante hasta el punto de que se han producido impagos que han puesto en serias dudas la supervivencia de un equipo que, hasta la salida de 'Superman' López, ha estado peleando por el podio de las generales y por las carreras de una semana. Sin embargo, cuando un equipo se debe únicamente a un estado, puede llegar a quedarse solo contra el resto del mundo.
La crisis de la Covid-19 que provocó la suspensión de muchas carreras y que tuvo a los ciclistas parados en sus casas durante muchos meses dejó a muchos equipos contra las cuerdas y uno de ellos fue la formación kazaja. Tan grave fue la situación que se temía y mucho por su desaparición. Sin embargo, consiguieron encontrar un aliado que ha terminado siendo un problema para Vinokúrov.
A finales del año 2020, en el mes de noviembre y cuando la mayoría de carreras ya habían terminado después de una Vuelta a España que se alargó más que nunca, Astana hizo pública una noticia muy importante y que suponía un gran impulso económico, pero también un cambio radical en su idiosincrasia. Por primera vez en 15 años tenían un gran patrocinador que pondría sobre la mesa una importante cantidad de dinero y que, además, cambiaba de alguna forma el nombre del equipo.
De esta forma, a partir del 1 de enero de 2021, el Astana Pro Team de Vinokúrov pasó a ser el Astana Premier-Tech tras unirse con esta empresa canadiense relacionada con la industria de los cultivos sostenibles y el reciclaje del agua. Sin duda, un cambio importantísimo que, con el paso del tiempo, está cambiando incluso la esencia del equipo, que cada vez se debe menos al estado de Kazajistán y cada vez más a sus nuevos inversores.
Este importante cambio se debió a una decisión tomada por los dos principales socios del equipo, Samruk-Kazyna JSC y el Club Profesional Presidencial de Astana, quienes habían decidido reducir todavía más su aportación económica. De esta forma, y para evitar la desaparición del equipo, se vieron obligados a compartir su inversión con Premier-Tech, quien ya era patrocinador minoritario del equipo desde 2017 y que a partir de esta temporada se han convertido, prácticamente, en los gestores máximos de la formación kazaja. Este cambio de roles, con pérdida considerable de poder por parte de Kazajistán, no gustó nada a Vinokúrov que pasó a ser un problema para Premier-Tech, lo que ha terminado derivando en el cese fulminante de sus funciones.
Revolución en el equipo
Este cambio en el poder y en el impulsor financiero del equipo ha traído consigo también un cambio cultural en la escuadra kazaja. De hecho, el propio Vinokúrov, además de haber perdido su poder, considera que han perdido su esencia al venderse a esta nueva empresa que quiere implantar un modelo más propio de países como Canadá o Estados Unidos. Al fin y al cabo, una revolución para ellos y para él, que lleva casi una década dando forma al Astana moderno.
La línea llevada por Premier-Tech es clara y así lo explican los mayores expertos del mundo del ciclismo al ver como una figura muy importante del deporte kazajo sale por la puerta de atrás de su equipo justo antes de una cita tan importante como el Tour de Francia. De hecho, los cambios han sido tan llamativos que incluso han sufrido una modificación estructural en su página web, eliminando el nombre del equipo en la página, dando visibilidad al nuevo patrocinador y quitando la dirección web (URL) que pertenecía a Kazajistán para poner un dominio mucho más convencional.
De momento, en el equipo quedan nueve corredores de nacionalidad kazaja, entre ellos uno de sus grandes líderes, Alexey Lutsenko, y otras jóvenes promesas como Yevgeniy Fedorov, una nómina que podría verse considerablemente reducida en el próximo mercado de fichajes. La formación azul celeste cuenta en sus filas también con siete corredores españoles que se encuentran muy pendientes de lo que pueda suceder con el equipo en próximas fechas. Entre esos nombres destacan los hermanos Ion y Gorka Izaguirre, Luis León Sánchez o el nuevo campeón de España Omar Fraile.
Todos creen que la verdadera intención de Premier-Tech es intentar llevarse al equipo a Canadá o a Estados Unidos para fomentar así el ciclismo y para dejar todavía más impregnado su sello en la hasta ahora formación kazaja. Además, así se verían impulsados sus proyectos de crear un equipo de ciclismo infantil y juvenil, el Astana - Premier Tech Team Kids, que tendría una sede en Kazajistán y otra en el país norteamericano.
Siempre rodeado de polémica
La historia de Vinokúrov con Astana parece no haber terminado todavía, ya que quedan más capítulos en una batalla que el exciclista kazajo pretende ganar. El que fuera manager del equipo ya ha asegurado que pretende emprender acciones legales contra el equipo, especialmente contra la dirección impuesta por Premier Tech, ya que considera que su despido ha sido totalmente injusto y no teme inmiscuirse en un profundo lío judicial contra la que ha sido su casa los últimos años.
Sin embargo, no deja de ser la última vivencia dentro de una carrera de lo más polémica que ha coleccionado éxitos y escándalos a partes iguales. Vinokúrov demostró su gran potencial desde sus primeros años en el pelotón internacional con grandes victorias que hicieron que cogiera una gran repercusión. Ya en sus primeras carreras como profesional consiguió triunfos de mucho nombre como su victoria en la general del Dauphiné en el año 1999 en solo su segunda temporada.
Después llegaron fichajes importantes como el del equipo alemán Telekom donde coincidió con ciclistas de la talla de Jan Ullrich y Erik Zabel y su tercer puesto en el Tour de Francia del año 2003. Sin embargo, su primera gran polémica llegó en el año 2006, cuando fichó por el Liberty-Seguros Würth de Manolo Saiz como jefe de filas para el Tour de Francia.
Sin embargo, la Operación Puerto les estalló en la cara con numerosas detenciones, entre ellas la del propio Manolo Saiz, y muchas suspensiones a diferentes ciclistas por dopaje. Esto hizo que tanto Liberty como Würth, los patrocinadores, abandonaran el equipo dejando a la formación contra las cuerdas. Fue en ese momento cuando el gobierno de Kazajistán entró en juego para salvar al equipo de su corredor, pero no llegaron a tiempo de que Vinokúrov pudiese disputar ese Tour, pagando las consecuencias de la famosa Operación Puerto al quedarse sin ciclistas suficientes.
Su venganza llegó solo unos meses más tarde, ya que sí pudo disputar la Vuelta a España, apuntándose la victoria en la clasificación general además de tres etapas en lo que fue uno de sus grandes éxitos en su carrera profesional. Fue la calma ante de la tempestad, una calma que también llegó con polémica, ya que tanto Vinokúrov como su compañero Kashechkin, que había sido tercero de la general, se saltaron un control antidopaje sorpresa por un problema de la organización.
Un año después llegó uno de sus capítulos más oscuros, su propia sanción por dopaje tras dar positivo en el Tour de Francia por una transfusión de sangre homóloga después de haberse llevado la victoria en la contrarreloj de la ronda gala y de haber admitido su relación con el controvertido personaje Michele Ferrari, el mayor experto en dopaje del mundo y que ejercía las labores de su preparador físico y no de médico, tal y como el kazajo afirmó en su día.
Vinokúrov fue sancionado y poco después también lo fue su compañero Kashechkin por una conducta similar. Sin embargo, hubo una gran polémica con esta sanción que fue de solo un año por la Federación de Kazajistán de Ciclismo, lo que provocó la ira de la UCI, que apuntó que las sanciones pertinentes para estos casos eran de dos años. Mientras tanto, Vinokúrov anunció su retirada para añadir más leña al fuego y para intentar regresar un tiempo después, pero fue vetado por la UCI, quien le obligó a cumplir esos dos años de sanción.
Finalmente consiguió regresar al ciclismo al término de esa sanción, aunque no exento de polémica, ya que lo hizo compitiendo primero con un maillot sin patrocinador y diseñado por él mismo y después con un equipo a modo de selección de Kazajistán. Finalmente, terminó negociando su regreso a Astana para comenzar a correr con ellos a finales de 2009.
Después volvió a conseguir grandes éxitos como una Lieja-Bastoña-Lieja, victorias en el Tour de Francia, vestir la 'Maglia rosa' de líder del Giro de Italia y cerró su incalificable carrera profesional en el año 2012, después de ganar la medalla de oro en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de Londres sobre Rigoberto Urán solo un año después de sufrir una fractura de fémur en el Tour de 2011. Y de ahí a formar parte del equipo directivo de Astana. Una trayectoria repleta de altos y bajos, de éxitos y escándalos, siempre vinculado a un Astana que ahora le da la patada en lo que ha sido el último escándalo y el último lío de su carrera.
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