El marco de prestigiosos viñedos magnificará el desempeño deportivo y recordará inevitablemente las imágenes de la contrarreloj entre Burdeos y Pauillac en la que, en 2010, Fabian Cancellara arañó 17 segundos de ventaja a Tony Martin. El suspense también hará acto de presencia, ya que las cronos situadas al final del Tour nacen con vocación de decidir el propietario definitivo del Maillot Amarillo.
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