El Tour de Francia 2021 ya es historia. Y lo será más que nunca porque tiene pinta que formará parte del legado del que ya va camino de convertirse en uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos. Para cualquier ciclista del mundo, ganar el Tour de Francia es la cima de su carrera, el punto álgido, el mayor premio posible.
Sin embargo, los elegidos son aquellos que después de conseguir un triunfo en la clasificación general más exigente de la temporada, intentan repetir y lo consiguen. Hay pocos ciclistas que hayan podido repetir victoria en su carrera profesional en la ronda francesa. No obstante, si el ciclista que gana y al año siguiente repite triunfo lo hace en sus dos primeras participaciones y con solo 22 años, se puede afirmar que estamos ante un fuera de serie, ante un portento nunca antes visto.
Ese es Tadej Pogacar, un ciclista al que este Tour de Francia no ha descubierto, sino que ha confirmado una vez más como el mejor del mundo. Todavía no ha cumplido los 23, pero el líder del UAE Team Emirates, que ha crecido bajo la atenta mirada del español Joxean Fernández Matxin, es ya un prodigio del deporte y de la bicicleta. Si habitualmente se compara con los más grandes a aquellos que empiezan a despuntar por su precocidad, Pogacar se queda sin parangón alguno porque nadie había sido capaz de hacer lo que está haciendo este joven esloveno llamado a romper la historia.
Los registros y las exhibiciones de Tadej se superan año tras año. Cuando el mundo del ciclismo todavía estaba impactado por aquella imponente actuación en la contrarreloj final de La Planche des Belles Filles, llegó la arrancada en la octava etapa de la presente edición del Tour con final en Le Grand Bornand a más de 30 kilómetros de la meta. El esloveno, que venía de arrasar en la contrarreloj, no solo se sentía el más fuerte, sino que se vio como elevado por los dioses sobre el resto de los mortales.
Aquel día, Richard Carapaz salió al primero de sus demoledores demarrajes. Al segundo, nadie más pudo seguirle. Fue la última vez que vieron el Tour de cerca, metros después ya se les había ido. Además, con aquella imponente exhibición que dejó diferencias históricas por encima de los tres minutos con todos los favoritos, el pelotón se dio cuenta, no solo de que ese Tour ya tenía dueño, sino de que Tadej Pogacar estaba comenzando una era en París.
Al final, su primera victoria, la del pasado año, llegó en la última etapa y por desfallecimiento de Roglic. Esta ha sido como correr solo, como no tener rival. Una superioridad que muchos afirman que no se ha visto en este siglo, propia de otras épocas. Con Pogacar no valen potenciómetros, ni buzos ajustados, ni calcetines medidos al milímetro, ni gramos limados de unas bicicletas más propias de otra galaxia. Su golpe de pedal no hay quien lo frene y la duda está en saber cuándo querrá parar él. Ahora que acaba de celebrar su segundo éxito en París, a nadie le extrañaría que en tan solo tres temporadas más, Pogacar estuviera inmerso en el club de los magníficos que han ganado cinco veces la carrera.
Con Merckx e Induráin
Además, Pogacar tiene un importantísimo reto. De los Merckx, Anquetil, Hinault y compañía solo uno de ellos consiguió ganarlo en cinco ocasiones de forma consecutiva. Se trata obviamente del que falta en la lista, el gran Miguel Induráin. El esloveno tiene en su mano seguir con su legendaria racha e intentar igualar algo que nadie más ha podido hacer en la historia de la bicicleta.
Pero Tadej no solo podría emular a 'Miguelón' con este tipo de hazañas, sino que por su forma de correr recuerda al más grande de todos los tiempos. Para lo que ha servido este Tour de Francia es para que todos vean reflejada en la figura de Pogacar el hambre que demostraba Eddy Merckx cada vez que una etapa se ponía a tiro.
El esloveno ha sumado tres triunfos parciales y algunos se han decepcionado porque el sábado en la contrarreloj no pudiera pelear por su cuarta victoria. De momento, en tan solo dos participaciones y con 22 años, este prodigio del ciclismo ya suma seis victorias de etapa, una media de tres conquistas por año.
Sin saber dónde está su techo y con una ambición desmedida, quizás ese récord de 34 etapas no solo peligre por el acecho de Mark Cavendish, sino también por el de este joven talento que ha demostrado que puede ser el próximo caníbal del ciclismo porque no reparte ni las migas. Ya en La Vuelta de su presentación al mundo, en la que terminó en el podio, se llevó también un hat-trick de victorias. Está abonado a ese número.
Ahora, Pogacar quiere tomarse unos días de descanso y reflexión antes de intentar llevarse el oro olímpico y después será momento de pensar si corre La Vuelta o si cuelga la bicicleta durante unas semanas. Lo que nadie duda es que el próximo verano, Pogacar estará en París, si no pasa nada, para intentar sumar una nueva corona en lo que ya está siendo la 'Era Pogacar' en el Tour de Francia. Y quien sabe si con otras tres victorias.
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