Remco Evenepoel ha vuelto. El ciclista belga del equipo Quick-Step se ha llevado la victoria en la edición de 2022 de la Clásica de San Sebastián, una de las pruebas más especiales del calendario ciclista. Además, se trata de una carrera muy importante para el joven talento de la escuadra de Patrick Lefévère, ya que en ella consiguió en el año 2019 su primera gran victoria como profesional. Vuelve a levantar los brazos en un curso en el que ya ha vencido en pruebas tan importantes como la Lieja-Bastoña-Lieja.
El triunfo de Remco ha llegado muy fiel a su estilo. Demarrando desde lejos y dejando a todos sus rivales atrás con una cabalgada de otro tiempo. Movimiento a más de 45 kilómetros de la línea de meta que nadie pudo seguir y cabalgada en solitario durante la última parte de la prueba, siempre ampliando diferencias y metiendo tiempo a rivales de gran entidad como Sivakov, Benoot, Mollema o Carlos Rodríguez.
Se trata ya de la undécima victoria de Evenepoel en lo que va de temporada y de la 33ª que consigue en su carrera profesional. Un botín espectacular teniendo en cuenta que solo tiene 22 años. A pesar de sus dudas con las grandes vueltas, Remco sigue siendo una de las mayores estrellas del pelotón mundial, consiguiendo éxitos que nadie había firmado en la historia de la bicicleta.
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La Clásica de San Sebastián será ya para siempre una de las pruebas fetiches del planeta para él. En ella ha dejado dos de sus mejores exhibiciones y como ha vuelto a demostrar en este 2022, llega en una forma inmejorable a la recta final de la temporada en la que algunos de sus objetivos serán La Vuelta, el Mundial y el Giro de Lombardía.
La prueba arrancó de manera muy nerviosa y a gran ritmo para recorrer los 225 kilómetros de los que constaba. Con inicio y final en Donostia, por el camino seis cotas puntuables de similares características, cortas, pero de pendientes muy pronunciadas. En ellas, los corredores se retorcieron hasta que Evenepoel decidió jugarse bazas y lanzarse a por el triunfo.
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La escapada del día estuvo formada por cuatro corredores: Boaro, Tusveld, Azurmendi, Grellier. Estos llegaron a contar con amplias ventajas, incluso superiores a los tres minutos. Sin embargo, por detrás, el grupo empezó a apretar a dentro ya de los últimos 70 kilómetros, rodando incluso por encima de los 65 kilómetros por hora. Un auténtico vendaval que terminó echando abajo la fuga casi sin esfuerzo.
Cede Pogacar, arranca Evenepoel
Uno de los momentos claves del día llegó a 63 de meta. Un exhausto Tadej Pogacar se descolgaba del grupo acusando el terrible desgaste del Tour de Francia y se despedía de la pelea por la victoria. Algo lógico teniendo en cuenta de lo que venía el esloveno. Su compañero Gibbons se quedaba para intentar ayudarle a reintegrarse en el grupo en Jaizkibel, antepenúltimo puerto de la jornada. Sin embargo, este le ordenaba que tirara hacia delante, ya que no tenía intención alguna, ni tampoco piernas, para regresar al pelotón.
Ya con el grupo algo seleccionado, Matej Mohoric fue el primero en probarlo a 56 kilómetros de meta en el descenso. Sin embargo, su movimiento no prosperó. El siguiente en probarlo ya fue Evenepoel, que saltaba en las rampas más duras de Erlaitz dejando clavado por completo al grupo. Por detrás, hombres como Jai Hindley o Alejandro Valverde, faltos de ritmo, se descolgaban. Simon Yates salió a la rueda del belga, pero después de aguantar unos metros, terminó cediendo.
El menudo escalador británico de Bike-Exchange venía de exhibirse en pruebas como Ordizia o la Vuelta a Castilla y León, de tan solo dos etapas por los terribles incendios que asolan la región. Sin embargo, no pudo con el ritmo infernal del niño maravilla del ciclismo. Evenepoel se lanzó en solitario y por detrás se formó un grupo con Yates, Mollema, Benoot, Carlos Rodríguez y Pavel Sivakov.
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Las diferencias poco a poco fueron creciendo y el belga contó con 40 segundos de margen que hacían ya imposible su caza salvo desfallecimiento. Circunstancia que no se produjo debido a la fortaleza del pupilo de Lefévère. Con la victoria ya resuelta, restaba por ver quién completaría el podio. En un primer momento, Sivakov y Carlos Rodríguez se fueron juntos hacia delante, dejando al terceto perseguidor unos segundos por detrás.
Sin embargo, el campeón de España terminó cediendo y su compañero de INEOS, que fue cazado por Benoot, se lanzó a por esa medalla de plata. Al final, Evenepoel llegó a meta con casi dos minutos de ventaja sobre Sivakov, que aventajó en más de medio minuto a Benoot. Bauke Mollema fue cuarto, Carlos Rodríguez fue quinto y Yates sexto.