Remco Evenepoel (Aalst, Bélgica, 2000) se paseará este domingo por las calles de Madrid con el maillot rojo de líder de La Vuelta 2022 y cruzará la meta en el Paseo de la Castellana para ganar su primera grande con 22 años. El prodigio del Quick-Step avisó cuando solo tenía 18 de que iba a ser un ciclista de época. Una grave caída en Lombardia en 2020 le frenó y le enseñó que este deporte es duro. Ahora, dos años después, confirma por fin los presagios de quienes le consideraban como el nuevo Eddy Merckx.
El niño que era un prodigio del fútbol, pero que se enamoró de las bicicletas, ya es una estrella del ciclismo mundial. Su triunfo en la Lieja - Bastoña - Lieja de este mismo 2022 fue su explosión definitiva, pero su única participación en una Gran Vuelta (Giro 2021) había dejado dudas. El título que levantará como el último campeón de la ronda española le pone en la galaxia de los Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard y Egan Bernal (si vuelve a ser el que era antes de volver a nacer este año).
Además, relanza de nuevo al país belga en las Grandes Vueltas. Después de que Merckx hiciera historia, los últimos en conseguir una carrera de tres semanas fueron Freddy Maertens en La Vuelta 1977 y Michel Pollentier en el Giro 1978. Aunque Wout Van Aert, ahora, o Philippe Gilbert, hace unos años, han puesto la bandera del país en el mapa del ciclismo mundial, no se veía a ningún corredor de esta nación en las citas por etapas. Evenepoel será lo que él quiera.
Remco dominó La Vuelta 2022 desde la contrarreloj individual en Alicante. Las dudas que existían sobre si podría aguantar las tres semanas las agudizó un Primoz Roglic al que la ambición y la mala fortuna le enviaron para casa. Nunca se sabrá que habría sucedido con el esloveno completando la ronda, pero Evenepoel es más que un justo vencedor. En llano, en montaña, contra el crono y en solitario fue el corredor más completo de esta edición.
Este primer gran paso en su carrera lo da con solo 22 años. Por delante, Quick-Step y Patrick Lefevre le darán todas las herramientas que necesite para seguir peleando por todo lo que se proponga. Parece que el siguiente paso será volver al Giro a sacarse la espina. Pero a la velocidad que va el ciclismo actualmente los aficionados ya quieren verle en julio corriendo el Tour. Algunos decían de él que corría demasiado a lo loco y valiente como para ganar una ronda de tres semanas. Ya lo ha demostrado.
Ciclismo valiente
Es un exponente más del ciclismo moderno. Los hombres que triunfan ahora son bestias que mueven vatios como solo unos privilegiados lo hacían en el pasado. Pero, además, velan por el espectáculo. Evenepoel venía acostumbrando a los seguidores de este deporte a atacar a 100 kilómetros y plantarse en meta en solitario. Así se pasó toda su etapa júnior. No desde tan lejos, pero sí con distancias sorprendentes, también ha dado exhibiciones como en la Clásica de San Sebastián.
Ahora sabe que tiene capacidad para gestionar su bruta fuerza durante tres semanas. Enric Mas intentó varias veces sacarle de punto y solo lo consiguió un día en el que se fue con Miguel Ángel López en Sierra Nevada. Ese pareció su único día de flaqueza, junto a la desafortunada llegada en Tomares en la que Roglic se cayó y él pinchó. Faltaban los dos capos de las grandes vueltas en la actualidad (Pogacar y Vingegaard), pero su forma de dominar recordó en parte a ambos ciclistas.
Era la gran ilusión de los aficionados del ciclismo, porque disfrutaban al verle correr. Todo el mundo se compungió cuando en la bajada del Sormano durante la clásica italiana de Lombardía 2020 cayó por un puente. Eso le hizo prácticamente estar un año en la sombra. "Un milímetro más y acabo en silla de ruedas", reconoció entonces. Desde entonces comenzó una recuperación milagrosa que se confirmó con su regreso al profesionalismo y las primeras victorias.
Estaba llamado a ser el corredor total, pero eso también le ha provocado ganarse una fama controvertida en el pelotón. 'El Caníbal', Merckx, le acusó de individualista después de su actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Antes, el gran campeón belga dijo de él tras su mal Giro de 2021 que "tendría que mejorar en muchas áreas para ganar una gran vuelta" y que "los milagros no existen". Pues Evenepoel ya lo consiguió.
El fútbol
Remco tiene un pasado como niño y este está ligado al fútbol. No lo ha abandonado en ningún momento. Mantiene el buen toque de balón como ha demostrado al gran pelotón cuando le han dado una pelota. Además, suele correr con un escudo del Anderlecht, su equipo de toda la vida, en uno de los tubulares de su bici. Remco fue capitán de Bélgica en las categorías inferiores. En 2017 estaba ya en la selección Sub17, había sido un habitual en otras secciones y su nombre sonaba con lustre en la cantera del equipo belga.
Como lateral izquierdo, tuvo una mala experiencia en el PSV Eindhoven, club en el que pasó tres años hasta que en 2014 una enfermedad de su madre le hizo querer volver. Cuando estaba a las puertas del profesionalismo en el fútbol, dio un giro radical en su vida para montarse en la bici. En el Acrog-Pauwels Sauzen empezó a ganar campeonatos a nivel nacional y un año después, en 2018, se consagró cuando ganó el Campeonato Europeo de Ciclismo de Ruta en la categoría júnior. Unos meses después repetiría su exhibición en el Mundial de Innsbruck. Ahora, completa el círculo con su primera grande: La Vuelta 2022.