La ciclista neerlandesa Annemiek van Vleuten se ha proclamado en la mañana de este sábado campeona del mundo de ciclismo en la prueba en ruta celebrada en Wollongong, Australia. La corredora del equipo Movistar consigue así su segundo corona mundial después de la que ya obtuvo en el año 2019 tras imponerse en la caótica prueba celebrada en Yorkshire.
Van Vleuten ha conseguido sumar así otro éxito brillante para su extenso palmarés donde figuran las victorias más importantes que puede conseguir una ciclista profesional. Además, a pocos días de cumplir los 40 años, lo hará ya en el mes de octubre, Van Vleuten ha cerrado un 2022 absolutamente maravilloso y es que se ha llevado la victoria en las tres grandes vueltas y ahora en el Mundial de Australia.
La ciclista del equipo Movistar brilló primero en el Giro Rosa, la prueba más extensa y exigente del calendario femenino. Después se llevó también el triunfo en el renacido Tour de Francia para féminas tras de un histórico ataque a 62 kilómetros de meta en el exigente puerto del Col du Platzerwasel. Y por último venció hace unas semanas en la Ceratizit Challenge by La Vuelta, la versión reducida de la ronda nacional.
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Aunque Van Vleuten todavía no consideraba esta última prueba como una grande para poder decir que había vencido en las tres de la temporada, lo cierto es que su triple éxito ha sido calificado como una gesta única en el universo de la bicicleta. Ahora se ha llevado también el triunfo en el Mundial después de un ataque salvaje en el último kilómetro que rompió la previsible llegada al sprint. La belga Lotte Kopecky se llevó la plata y la italiana Silvia Persico el bronce.
Una victoria inesperada
La prueba constó de 164,3 kilómetros y estuvo marcada sin duda alguna por la intensa lluvia caída durante toda la jornada, pero especialmente en el último tercio de la prueba. No se vio a Van Vleuten nada fina durante toda la jornada. Había sido séptima en la crono inicial de estos Mundiales en la categoría femenina y, además, el pasado miércoles había sufrido una importante caída en la prueba por relevos.
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Van Vleuten se golpeó de manera violenta en el codo y fue rápidamente trasladada al hospital. Allí se le diagnóstico una pequeña fractura estable en dicha zona. No precisó de operación y por ello regresó a la concentración del equipo neerlandés. No descartaba correr. Solo un día después del accidente salió a rodar unos 60 kilómetros para probar y recobrar sensaciones. En ese momento vio que podía intentar estar presente en la prueba y, al menos, pelear por llegar hasta el final.
Sus sensaciones no fueron buenas casi en ningún momento. De hecho, llegó a descolgarse de los primeros grupos y tomó la firme decisión para trabajar en favor de otras compañeras como Marianne Vos. La corredora del Jumbo-Visma era la baza para un posible sprint o una llegada lanzada en un grupo reducido.
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Debido a esta circunstancia de carrera, Van Vleuten no pudo completa en primera línea las últimas dos vueltas de las seis que tenían que dar el circuito final de 17 kilómetros. Una situación que hacía imposible soñar con las medallas. Sin embargo, las distancias se fueron reduciendo y en el momento del todo o nada, Van Vleuten jugó su baza. Se lanzó en solitario y cuando consiguió contactar con el grupo de cabeza, lanzó un demarraje sensacional ya dentro de los últimos 850 metros.
Consiguió abrir un hueco de unos 150 metros con el pequeño pelotón de doce corredoras que soñaban con jugarse el oro y pudo mantenerlo hasta el final en la recta de meta. Así pues, terminó cruzando la línea decisiva con unos metros de margen para celebrar su segundo Mundial, uno de los más heroicos que se recuerdan por la circunstancia de la lesión y del hecho de venir de ganar las tres grandes con total autoridad.
A su excelente temporada también hay que añadir su triunfo en todo un Monumento como la Lieja-Bastoña-Lieja, el conseguido en la Omloop Het Nieuwsblad y el de la Setmana Valenciana-Volta Comunitat Valenciana Fémines de principios de curso.
La emoción de Van Vleuten
Tras la prueba, la habitual humildad de Van Vleuten hizo acto de presencia al mostrar su sorpresa por haber ganado una carrera con la que casi ni soñaba: "No me lo puedo creer. Estaba esperando que viniera el momento en que me dijeran que esto no era realidad. ¡Pero si yo estaba trabajando para Marianne! Ha sido un infierno".
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"No podía levantarme sobre el sillín como me gusta hacer, las piernas parecía que me iban a explotar en la subida y he tenido que correr completamente distinto a como lo suelo hacer porque yo quería arrancar en el Mount Keira a 130 kilómetros de meta. Pero con lo del codo, era imposible".
"Marianne era nuestra líder. Yo salía de gregaria y aquí estoy, campeona del mundo. Yo estaba trabajando para Marianne, pero al final ha llegado un momento en que me he quedado sola en el grupo perseguidor. Ella ya no conseguía volver y he pensado: 'Vale, sé que esprintar no puedo por el codo que tengo roto, pero puedo intentarlo'. He esperado hasta el último momento para arrancar porque solo tenía una opción: una. Lo di todo y pensaba que podían cazarme de cara al sprint, pero no han vuelto a entrar".
Ahora solo quiere pensar en disfrutar de su nuevo maillot durante el 2023 con Movistar, el cual podría ser su último curso como profesional: "En 2020 no pude disfrutar bien el arcoíris por la pandemia, ahora lo voy a saborear al máximo. Los dos títulos de ruta tienen una historia. He dudado esta mañana si ponerme los pendientes que me regaló mi padre, porque no pensé que pudiese tener opciones, pero he pensado: 'Bueno, si al final siempre me dan buena suerte'".
"Quería correr como en Yorkshire, pero no era posible por la lesión y al final, aunque no han sido 105 kilómetros de ataque, ha sido un último kilómetro increíble. Dos arcoíris con algo que contar detrás. Yo quería ya ganar el miércoles, fue una pena caerme porque sabía que teníamos una opción bonita, quizá la mejor tras lo que pasó en la contrarreloj, pero aquí estamos".