Seguramente haya sido la Itzulia más descafeinada de los últimos años, pero parece que los corredores se habían guardado todo para el último día. Después de cinco días en los que el recorrido no acompañó en exceso para disfrutar del mejor espectáculo, el sexto y último tampoco era un alarde de ello aunque los ciclistas se empeñaron en reventar la carrera desde lejos.
Ahí quedó claro que Jonas Vingegaard era mejor en el cuerpo a cuerpo que todos y cada uno del resto de ciclistas que participaban en esta Itzulia. Ni Enric, ni tampoco Mikel Landa que venía mostrando su mejor versión durante los últimos días pudieron aguantarle en la última etapa camino de Eibar. El del Jumbo voló, rompió la carrera desde lejos cuando todavía quedaba terreno por delante y en solitario ofreció una nueva exhibición que le permitió saborear la victoria en la general.
Esta forma de ganar es un aviso que va directo a la figura de Tadej Pogacar. El esloveno no estaba en esta Itzulia pero sí que será su rival en el Tour de Francia, por lo que se espera un cuerpo a cuerpo espectacular este verano en la ronda gala. Vingegaard quizás no había firmado victorias tan brillantes hasta el momento, pero este triunfo supone un golpe duro sobre la mesa.
Nadie le sigue
El último día guardaba un corto trayecto de 138 kilómetros con seis altos puntuables, tres de ellos de Primera Categoría. Jumbo preparó el terreno y filtró en la escapada a dos hombres importantes como Attila Valter y Kruijswijk. Daba igual, cuesta arriba se movió la carrera y Vingegaard, reaccionando a uno de los ataques, decidió darle continuidad y probar a ver quién le seguía.
Los esfuerzos del resto fueron en vano. Enric Mas lo intentó pero no tenía las piernas suficientes como para aguantar esos vatios. Mikel Landa, que había demostrado un gran nivel en los días anteriores y había levantado las esperanzas de los aficionados, tampoco, tampoco estuvo en su mejor versión. Ion Izagirre lo intentó por su cuenta pero no alcanzaba esos vatios.
Vingegaard se fue en solitario en busca de la exhibición. La encontró, vaya si lo hizo, porque tenía casi 30 kilómetros por delante, incluido un puerto más, que se devoró sin despeinarse. Con su habitual gesto serio empezó a abrir brecha sobre el resto de los favoritos y la diferencia se fue por encima del minuto. A cada pedalada iba finiquitando su victoria en la clasificación general y dejando tan sólo las migajas para el resto.
El danés, candidato a repetir el maillot amarillo en el Tour de Francia, entró sonriente en meta y dejándose ir, consciente de que tenía todos los deberes hechos. Por detrás se miraron, estaban en juego las bonificaciones. En el sprint Ion Izagirre fue el mejor y gracias a ello desbancó a Gaudu del podio para colarse por detrás de Mikel Landa.