La primera edición de La Vuelta Femenina está dejando un gran espectáculo. Es la primera vez que esta carrera cuenta con siete días de competición, y de esta forma se iguala a las otras dos grandes carreras del calendario femenino como son el Tour de Francia y el Giro de Italia. La prueba está teniendo un gran atractivo por el nivel de sus participantes, pero a eso hay que sumarle además la polémica surgida en la penúltima etapa disputada este sábado.
En una jornada de media montaña por tierras cántabras en la que se afrontaban dos puertos de menor entidad en la segunda mitad de la carrera, todo saltó por los aires en los primeros compases. En torno al kilómetro 35, Movistar Team avivó la carrera junto a otros equipos precisamente en el momento en el que la entonces líder de la clasificación general, Demi Vollering, se había detenido para orinar.
Aquello rompió el pelotón en varios grupos e hizo que inmediatamente comenzara una persecución que ya duró hasta el final de la etapa y de la que Annemiek van Vleuten, la ciclista de Movistar Team, salió claramente beneficiada. El momento preciso de romper la carrera no sentó nada bien en el equipo de Vollering, el SD Worx, que se quejó amargamente de la maniobra de Movistar.
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Al término de la etapa se desató una guerra dialéctica y de versiones entre los dos conjuntos. Mientras que Movistar Team alegó que tenía el plan ya preparado desde hace tiempo y que aprovechó el momento en el viento soplaba de lado para provocar abanicos, en el SD Worx criticaron que el conjunto español atacara justo cuando su líder estaba haciendo sus necesidades.
El enfado con Movistar
"Es muy decepcionante que tenga que suceder de esta manera, pero estamos ansiosos por arreglar las cosas mañana", cargaron desde el SD Worx a través de su página web, resignados a la manera en la que se sucedieron los hechos. "A 70 kilómetros de la meta, algunas otras ciclistas de mi equipo y yo tuvimos que orinar. Femke Markus también tuvo un pinchazo en ese momento. Fue justo antes de un pueblo. Nada parecía estar mal, porque en ese momento el pelotón iba a un ritmo lento", dijo la propia Vollering.
Además, la directora deportiva, Anna van der Breggen, desmintió la versión de Movistar sobre el viento: "Justo después de que nuestras ciclistas se hicieran a un lado para ir al baño, con algunas ciclistas de otros equipos, Movistar, Jumbo Visma y Trek-Segafredo aceleraron. El viento ni siquiera estaba realmente del lado. Era más un viento en contra en ese momento", comentó.
Vollering fue tajante: "Es todo una gran coincidencia. Hicieron todo lo que pudieron para quitarme el maillot rojo. Este es el mejor deporte. No espero recibir nada de regalo, pero si quieres hacerlo de esa manera… Es una pena", comentó la ciclista.
Por su parte, en Movistar Team desmintieron que aprovecharan las circunstancias de la parada para orinar de Vollering. Así lo hizo Sebastián Unzué a través de las redes sociales: "Teníamos un plan muy claro esta mañana. Sabíamos que era una zona desprotegida con un gran puente y con fuerte viento cruzado. Tuvimos a Jurgen Roelandts al frente de la carrera informándonos de las condiciones de viento donde queríamos hacer la aceleración".
El manager de Movistar Team prosiguió: "Conocemos estas carreteras a la perfección porque vivimos cerca de la zona y hemos corrido aquí toda nuestra vida. Cometieron un gran error deteniéndose en el peor momento posible para orinar. Ayer cometimos el mismo error cuando Liane se detuvo para orinar justo antes de una escalada y quedó atrapada detrás. Pero aceptamos nuestro error y no nos quejamos de que otros equipos aceleraran cuando ella estaba orinando", alegó.