Se suele decir que las vueltas de tres semanas en el ciclismo son carreras de supervivencia, pero desde luego que el Giro de Italia está llevando este tópico hasta el extremo. La edición de 2023 está siendo una auténtica escabechina, un torrente inagotable de abandonos día tras día por diferentes motivos que están dejando huérfana a la carrera de varios de sus grandes favoritos.
El pasado domingo fue el candidato número uno, Remco Evenepoel, el que dijo adiós a la Corsa Rosa después de su positivo en Covid-19 pese a haber ganado la contrarreloj ese mismo día, y este miércoles otro de los principales aspirantes como Tao Geoghegan Hart fue el que sufrió las consecuencias de una dura caída. El británico se quedó tendido sobre el asfalto y tuvo que ser evacuado en ambulancia después de un fuerte golpe, así que el campeón de 2020 se quedó sin opciones.
Casi una quinta parte de los ciclistas que comenzaron hace unos días están fuera de la carrera. Después de esta undécima etapa, hasta 36 corredores han tenido que decir adiós antes de tiempo y han visto cómo se esfumaban sus objetivos. Unos aspiraban a la victoria final, otros simplemente a finalizar la carrera, pero son casi cuatro decenas de hombres los que ya no están en el pelotón.
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Los motivos son diversos, algunos más polémicos que otros. La principal causa de abandono está siendo la Covid-19. En pleno 2023 y sin protocolo establecido, un puñado de ciclistas han arrojado resultados positivos y han decidido, bien por orden del equipo o de forma voluntaria, no seguir. El otro factor es inevitable, ya que las caídas forman parte de cualquier competición.
La polémica de la Covid-19
El Coronavirus sigue circulando libremente y contagiando a miles de personas en todo el mundo. No obstante, la enfermedad se ha normalizado y la OMS decretó el final de la alerta sanitaria hace ya unas semanas, por lo que este Giro de Italia ya no tiene ningún protocolo al respecto de esta enfermedad. Cada equipo y cada ciclista es libre, en el caso de que arroje un resultado positivo en un test, de seguir en carrera y marcharse para casa.
Sin embargo, parece que el ciclismo sigue rigiéndose por unas normas diferentes a las de otros deportes. Antes del inicio de la carrera, varios ciclistas se quedaron ya sin poder tomar la salida por estar contagiados por la Covid-19, y en carrera prácticamente cada corredor que ha resultado ser positivo ha ido diciendo adiós. Eso, pese a no presentar unos síntomas demasiado agresivos.
Varios hombres fueron cayendo en los primeros días ante la incomprensión de muchos aficionados que siguen sin entender estos abandonos si los síntomas no son exagerados, pero todo se magnificó más con el adiós de Remco Evenepoel. El campeón del mundo se bajó de la carrera el pasado domingo y lo más curioso es que lo hizo después de ganar una dura contrarreloj. Su cara denotaba que algo no iba bien, pero aún así fue el más fuerte en una crono exigente.
No fue el único en su equipo, ya que este miércoles otros cuatro compañeros tuvieron que decir adiós. Mattia Cattaneo, Josef Cerny, Jan Hirt y Louis Vervaeke dieron positivo y no comenzaron la undécima etapa. También lo había hecho Vlasov, otro de los llamados a estar en el podio, Rigoberto Urán y otro reguero de ciclistas que siguen engordando la estadística.
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El infortunio de este Giro es algo inexplicable. No sólo la Covid-19 está poniendo en jaque a la carrera (como ya pasó en La Vuelta 2022), sino que las caídas, ese factor inevitable, también están haciendo mella. Los dos últimos en marcharse para casa por este motivo han sido Óscar Rodríguez, el español del Movistar Team, y Tao Geoghegan Hart, llamado a pelear por la victoria final.
El británico se fue al suelo a la vez que Roglic y que Geraint Thomas y se llevó la peor parte. Se quedó tendido en el asfalto y fue evacuado en ambulancia. Imposible seguir para él, otra baja muy sensible para la carrera.
El Giro de Italia está muy tocado después de una primera semana con muy poco espectáculo que lo máximo que ha dejado han sido innumerables abandonos. Las tornas han cambiado, y ahora los grandes favoritos son, si la Covid-19 y las caídas los permiten, Geraint Thomas y Primoz Roglic.