Los favoritos comienzan a descubrir sus cartas en el Giro de Italia. En la primera etapa de la última semana de competición, al fin llegó el espectáculo y se pudo vivir el primer día de pelea real entre los grandes favoritos. Joao Almeida ganó en la cima del Monte Bondone, Geraint Thomas aguantó el látigo del portugués y Primoz Roglic dejó de nuevo síntomas de debilidad.
Fue una jornada exigente de más de 200 kilómetros y más de 5.000 metros de desnivel positivo acumulado. Cinco ascensiones, especialmente esa última al Monte Brondone con más de 20 kilómetros de subida y rampas realmente duras, hicieron mella en las fuerzas y más aún después del segundo día de descanso, algo que siempre influye en los ciclistas.
Se marchó una fuga numerosa por delante que fue menguando con el paso de las cotas y de los kilómetros, pero esta vez el pelotón no concedió absolutamente nada. Era un día de trabajo duro y los hombres de Jumbo pusieron ritmo avisando de que Roglic tenía intención de hacer algo importante en la llegada.
Sin embargo, fue Joao Almeida el que rompió la carrera cuando todavía quedaban casi 7 kilómetros para la meta. El portugués fue el más ambicioso y encontró la recompensa del triunfo de etapa. Se llevó la victoria, la bonificación y, aunque entró con Geraint Thomas pegado, sí que le metió unos segundos preciosos a Primoz Roglic. Thomas es el nuevo líder de la carrera.
Por fin, emoción
Se espera un gran día en el Giro de Italia. El recorrido invitaba a ello, también el clima que tantas veces ha sido el culpable de la falta de ambición, y los favoritos sabían que no podían esperar más para moverse por primera vez en la carrera si querían saber cómo iban el resto de sus rivales.
De inicio se marchó una fuga numerosa en la que estaban algunos españoles como Carlos Verona o Jonathan Lastra. Sin embargo, el pelotón no estaba para demasiadas concesiones y los equipos importantes se lo tomaron todo muy en serio. Jumbo fue el que se dejó ver en cabeza del gran grupo durante más tiempo, y eso hizo que la carrera se fuera desmembrando poco a poco.
El paso por los puertos menguó el número de efectivos en la cabeza de carrera y también por detrás, así que se palpaba un ambiente previo a la guerra final que debía desatarse en la ascensión al Monte Bondone.
Los favoritos se fueron quedando solos y el primero que decidió desatar la batalla fue Joao Almeida. El que tantas veces ha tenido que ir a contracorriente decidió levantar la liebre y ser el primero en golpear. Se llevó a su rueda a Thomas, Roglic, Kuss y Dunbar, pero el portugués insistió en sus cambios de ritmo.
Terminó cogiendo unos metros sobre el resto que tan sólo Geraint Thomas, al que se le está poniendo cara de campeón del Giro, fue capaz de recortar. Ahí empezó la contrarreloj entre el dúo Thomas-Almeida y el tándem formado por Kuss y Roglic. El norteamericano, gran gregario, salvó la sangría para su líder, que iba camino del drama y que acusda la caída sufrida hace unos días.
En el sprint final se impuso Joao Almeida con un punto de velocidad superior al de Thomas. Se llevó la victoria y la mayor bonificación. Roglic entró 25 segundos por detrás. En la general, Geraint pasa a ser el nuevo líder con sólo 18 segundos de ventaja sobre Almeida y otros 29 sobre Roglic. Este Giro ya es sólo cosa de tres, porque el resto desfalleció en la subida a este Monte Bondone.