Vaya día, y esto no ha hecho sino empezar. Que el Tour de Francia iba a ser intenso desde la primera etapa era algo que ya se sabía desde que se conoció que iba a empezar en el País Vasco, pero lo que pocos se esperaban era que se iba a vivir una primera jornada tan apasionante y con tantas cosas que contar para bien y para mal. [Así vivimos la primera etapa con salida y llegada en Bilbao]

Con Bilbao como punto de partida y de llegada, la Grande Boucle dio su pistoletazo de salida en el primero de los tres días que transcurrirán por el asfalto vasco. San Mamés vivió ese momento en el que se dio rienda suelta a lo que se esperaba que fuera una batalla preciosa de 21 días por el título especialmente entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard.

Eso era lo que decía la lógica y los vaticinios previos, y la verdad es que no estaban para nada desencaminados. Las primeras rampas de este Tour de Francia sirvieron para ver la ambición que tienen estos dos corredores, especialmente el del UAE Team, y para dejar claro que son los mejores de todo el pelotón. El dominio de este equipo es tal que Adam Yates consiguió la primera victoria de esta edición en las calles de Bilbao por delante de su hermano gemelo Simon. 

La peor cara de la moneda volvió a llegar de la mano de las caídas y, además, afectó directamente al ciclismo español. Enric Mas se fue al suelo en el descenso del Vivero al hacer un recto en una curva y tuvo que abandonar la carrera con fuertes dolores en su brazo derecho. Un duro golpe para él después de lo del año pasado y un palo tremendo para Movistar Team. No fue el único damnificado, porque Richard Carapaz también cayó y terminó entrando a 15 minutos. 

Un ambientazo

Lo que se sabía que no iba a fallar era la presencia masiva de público en las carreteras. La afición vasca es inigualable, pero es que a todas aquellas camisetas naranjas se le sumaron hinchas llegados desde todas las partes de la geografía española que no querían perderse para nada la oportunidad de ver en directo una etapa del Tour de Francia.

La primera fuga estuvo compuesta por cinco corredores. Calmejane (Intermarché), Guglielmi (Arkéa), Eenkhoorn (Lotto-Dstny), Gregaard (Uno-X) y Ferron (TotalEnergies) se lanzaron a la aventura pero desde el primer día había pelea por detrás, incluso por el maillot verde. Así, esta escapada murió a falta de 50 kilómetros para el final.

Vingegaard, entre la afición vasca. REUTERS

Jumbo se sentía con la autoridad suficiente como para tratar de llevar el peso de la carrera según iban avanzando los kilómetros, más aún según se acercaba la subida al Vivero. Aquí ya varios comenzaron a pagar las consecuencias del ritmo, pero en la bajada llegó sin duda lo peor.

En una curva de izquierdas, Enric Mas no trazó bien y se fue recto. En esta caída también se vio involucrado Richard Carapaz. Dos aspirantes al podio en la clasificación general que dejaron unas imágenes duras porque ninguno de los dos se subió a la bicicleta inmediatamente. Mientras que el ecuatoriano quedó sentado sobre el asfalto doliéndose de la rodilla, a Enric le atendían de pie por unas molestias en su brazo derecho. 

Pogacar encabeza el grupo. REUTERS

El pelotón siguió su marcha y eso significaba ya el adiós inmediato a las aspiraciones de ambos a la clasificación general, pero el caso de Enric fue peor porque tuvo que decir adiós a la carrera. Un abandono muy duro que dejaba huérfano a Movistar Team y que suponía un varapalo después de la mala actuación del año pasado. Carapaz se reincorporó y entró a unos 15 minutos. 

La carrera ya estaba lanzada. En la ascensión final la carrera estalló por los aires porque Adam Yates endureció el ritmo y dejó sitio para el primer ataque de Tadej Pogacar en este Tour de Francia. Vingegaard le siguió la rueda sin problemas, también un sorprendente Lafay, pero nadie más. A las primeras de cambio los dos grandes favoritos ya estaban demostrando que no tenían rivales. 

Richard Carapaz, sobre el asfalto. REUTERS

Sin embargo, una vez que coronaron bajaron el ritmo y hubo un reagrupamiento. En estas Adam Yates, que tenía fuerzas, se fue por delante y su estela la siguió su hermano gemelo Simon. Una familia pegada a la televisión viendo cómo dos hermanos se iban a jugar una etapa, porque fueron abriendo brecha camino de la llegada en Bilbao. 

La meta picaba para arriba y ahí Adam, que será un fiel escudero de Pogacar este Tour, fue más fuerte. Se llevó la victoria por delante de su hermano y Tadej, en el grupito que entró poco después, también levantó los brazos cogiendo bonificación. Es tan sólo el primer capítulo, pero otra vez este Tour de Francia tiene una pinta increíble.