El Tour de Francia ha estallado por los aires al quinto día. Un auténtico espectáculo del más alto nivel, eso es lo que se vio en una jornada marcada por la llegada de la alta montaña en la que pasaron muchas cosas, demasiada seguramente para las que se podía esperar de una etapa dura pero muy temprana todavía de la carrera.
Jai Hindley es el nuevo líder del Tour de Francia después de culminar una maravillosa maniobra del equipo BORA. El australiano, campeón del Giro de Italia 2022, se coló en una fuga de 36 hombres y presentó sus credenciales en un día en el que la pelea entre los dos grandes favoritos sufrió un vuelco que muy pocos esperaban después de lo visto en el País Vasco.
Jonas Vingegaard dio el primer golpe encima de la mesa de la carrera y le endosó más de un minuto en la línea de meta a su máximo rival, Tadej Pogacar. El de Jumbo Visma arrancó en el tramo final de la subida a Marie Blanque con una fuerza absolutamente descomunal y aquel movimiento dejó sin respuesta al esloveno, que vio cómo con el paso de los kilómetros su desventaja iba aumentando cada vez más.
El mejor español fue Carlos Rodríguez. El ciclista del conjunto INEOS entró en el mismo grupo que Tadej Pogacar y aguantó con los mejores, así que demostró un nivel altísimo y esperanzador para convertirse en la nueva ilusión del ciclismo nacional.
Hindley, a por el amarillo
Hubo que esperar poco, muy poco, para contemplar la llegada de la alta montaña al Tour de Francia. Al quinto día aparecían en el mapa el Col de Soudet, el primer Hors Catégorie de esta edición, y el Marie Blanque como previa al descenso final antes de encarar la meta.
La fuga no tardó en formarse, aunque más que una escapada fue una auténtica estampida porque hasta 36 ciclistas decidieron emprender la aventura y despegarse del pelotón. Entre tanto nombre, tenía que haber alguno importante, pero nadie se esperaba que el nivel pudiera ser tan alto. Van Aert, Alaphilippe, Buchmann, Rigo Urán... y sobre todo Ciccone y Jai Hindley.
El australiano, campeón del Giro del año pasado, estaba a unos pocos segundos de los grandes favoritos en la clasificación general y se presentaba como la principal amenaza porque había venido a este Tour a pelearlo. Fue ingobernable, y con tantas piernas la escapada llegó a tener incluso 4 minutos de renta.
Ya por entonces el ciclista del equipo BORA, que había firmado una estrategia perfecta, pensaba con vestirse de amarillo, y terminó confirmando los presagios. 'Si no puedo pelearme con los dos principales gallos del corral en el cara a cara, tendré que buscar alternativas', debió pensar el conjunto BORA para poner en marcha esta aventura.
El Col de Soudet ya propició los primeros movimientos en la cabeza y todo se encaminaba hacia Marie Blanque, donde debía romperse la carrera. Eso sí, lo que seguramente nadie se esperaba era lo que sucedió en el gran grupo. Tan sólo es la quinta etapa, pero aquí, en este ciclismo moderno, parece que nadie quiere dejar escapar la oportunidad para marcar diferencias.
En los últimos metros de la subida a Marie Blanque, con los favoritos cayendo poco a poco, y Carlos Rodríguez confirmándose de una forma sublime como la mejor opción española, Jonas Vingegaard cambió el ritmo tras el trabajazo una vez más de Sepp Kuss (que además hizo el KOM en la subida). El danés protagonizó este demarraje con una violencia tremenda, soltando vatios en cascada y sobre todo dejando a Tadej Pogacar en el sitio.
Golpe tremendo a la carrera. El esloveno no pudo responder. Había sido más ambicioso en los primeros días en el País Vasco en busca de bonificaciones, pero ahora mismo está un escalón por debajo de Vingegaard. El danés dejó claro que es el hombre más fuerte porque coronó con más de medio minuto de ventaja, empezó a cazar a restos de la fuga y siguió aumentando la renta.
Hindley pudo celebrar su victoria en solitario en la meta de Laruns. Entró con una ventaja suficiente como para saborear el triunfo parcial y también que mañana vestirá de amarillo en el Tour de Francia. Sensacional. Ciccone fue segundo y también presentó sus credenciales, aunque la fama de irregular que tiene hace que por el momento no sea un rival a tener tan en cuenta.
Vingegaard, que se quedó sin bonificaciones, le endosó 1 minuto y 4 segundos a Pogacar y al resto de favoritos. Recuerda a lo vivido el año pasado, un duro golpe del ciclista del Jumbo que obligó a Tadej a ir ya siempre a remolque. Por el momento el del UAE ya tendrá que remontar ese minuto de desventaja que tiene en la general, aunque queda mucho por delante y eso hace pensar que este Tour puede volver a ser delicioso.