Era un todos contra Mathieu Van der Poel y ganó Mathieu Van der Poel. El campeón del mundo se llevó por tercera vez el Tour de Flandes y lo hizo a lo grande, marchándose en solitario desde lejos, algo que por otra parte ya empieza a ser habitual.
Él es uno de los que ha convertido este tipo de exhibiciones en algo casi rutinario, lo extraordinario en convencional. Con Wout van Aert fuera de juego por la caída sufrida hace unos días en A Través de Flandes y sin Tadej Pogacar, centrando su tiro ya en el Giro de Italia, Van der Poel tenía todas las de ganar y no defraudó.
Cimentó su éxito en la ascensión al Kopenberg, el momento clave en el que todos los hombres de cabeza derraparon por el barro y tuvieron que echar el pie a tierra. Todos menos él y Jorgenson, lo que le valió para marcharse ya en solitario hacia un nuevo Monumento.
El campeón del mundo entró en la línea de meta con más de un minuto de ventaja, una diferencia que bordeó los 120 segundos en el transcurso de la prueba. El del Alpecin se pudo dejar ir en el tramo final e incluso se bajó de su bicicleta para alzarla al aire una vez terminada la prueba.
La segunda plaza fue para el italiano Luca Mozzato. El corredor del equipo Arkea se impuso en el sprint del grupo reducido que llegó por detrás, en el que Nils Politt fue tercero y logró subirse al podio tras la descalificación de Matthews.
En el plano de los españoles, Iván García Cortina fue el mejor clasificado en el puesto 26, ya en el segundo grupo. Sin embargo, el ciclista de Movistar Team llegó a ir liderando la carrera durante unos kilómetros y su mala suerte en el Kopenberg, donde tuvo que echar pie a tierra, lastró sus oportunidades.
Pedersen, a lo loco
La carrera comenzó a romperse a unos 100 kilómetros para la meta. En ese momento, Mads Pedersen, ni corto ni perezoso, trató de sorprender desde muy lejos y empezó a tensar el ritmo. El danés se marchó por delante en compañía de Vermeersch, lo que suponía una ventaja para el equipo Alpecin.
Había muchas dudas sobre el estado de forma de Pedersen después de su caída en A Través de Flandes hacía unos días, la misma que apartó de la prueba a Van Aert, pero el excampeón del mundo mostró buenas piernas durante varios kilómetros. Sin embargo, no hizo terreno y terminó siendo engullido en cuanto la carrera se endureció más.
Al segundo paso por el Kwaremont Van der Poel se puso las pilas, incitado en cierta forma por un gran Oier Lazkano que subió el ritmo y que aguantó la rueda del campeón de mundo. Mala suerte, sin embargo, más tarde para el ciclista de Movistar Team cuando se vio lejos de la cabeza en el Kopenberg.
Ahí Iván García Cortina se había adueñado de la cabeza de carrera en solitario, dejando buenas sensaciones para el ciclismo español. Sin embargo, el asturiano tuvo que echar pie a tierra por el barro que había en la subida y perdió toda la ventaja que tenía.
Fue una imagen de las de hacía tiempo, con todo un pelotón bajándose de la bici... Menos Van der Poel. El arcoíris tiró de su habilidad en ciclocross para no poner el pie en los adoquines (sólo Jorgenson hizo lo mismo) y se marchó en solitario.
Quedaba mucho para la meta, pero ya no le iban a volver a ver. Jorgenson amenazó con la persecución durante unos kilómetros pero no pudo aguantar los vatios del neerlandés, que se tiró con convicción hacia su tercer Tour de Flandes. Otra exhibición más, y es que parece que no sabe ganar de otra manera.