"Las carreras están para ganarlas". Eso es lo que dijo Tadej Pogacar en pleno Giro de Italia cuando ya tenía media victoria en el bolsillo. En Roma, bajo la atenta mirada de esta monumental ciudad, cumplió su palabra y se hizo con su primera Corsa Rosa por una insultante diferencia de 9 minutos y 56 segundos con respecto a Daniel Felipe Martínez, el segundo clasificado.
Hacía 59 años, más de medio siglo, que no se veían unas distancias tan grandes entre el campeón y el segundo clasificado en el Giro de Italia. La última vez que esto sucedió fue en la edición de 1965, un Giro en el que Vittorio Adorni superó por 11 minutos y 26 segundos a su compatriota Italo Zilioli.
Desde entonces, el ciclismo y el deporte han evolucionado de una manera increíble, pero la mera presencia de Tadej Pogacar en el pelotón es una bendición para el espectáculo. El esloveno ha ganado este Giro a base de exhibiciones, demostrando una superioridad casi sonrojante con todos e incluso dando la sensación en ocasiones de que corría con el freno de mano echado.
Se enfundó el maillot rosa de líder el segundo día de competición, el mismo que consiguió la victoria en el Santuario di Oropa con su primera demostración de fuerza. Aquel primer triunfo abrió la veda, y en su camino hacia Roma se hizo con otros cinco más para un total de seis. Otra estadística demoledora, también de otros tiempos, fiel reflejo de su mandato.
El calendario de Pogacar, sin embargo, no termina ni mucho menos aquí. Este gran logro, el enésimo en la temporada y en su carrera deportiva, no le va a frenar y todavía tiene en mente muchos objetivos para lo que resta de curso. El primero de ellos, el Tour de Francia, su asignatura pendiente los dos últimos cursos.
El rey del Giro
Todos los pronósticos apuntaban a un Giro de Italia con un gran dominador. Las quinielas daban a Tadej Pogacar como el favorito número 1 al esloveno, y cualquier cosa que no hubiera sido un triunfo del esloveno habría resultado una sorpresa mayúscula.
Sin embargo, lo que quizás no entraba tanto dentro de los vaticinios era ver una renta final en la clasificación general tan grande. Se puede decir que, a nivel de pelea por la maglia rosa, no ha habido Giro de Italia. Pogacar se puso la maglia rosa con su victoria en la segunda etapa y decidió no volver a soltarla hasta su llegada a las calles de Roma.
[El precioso gesto que demuestra la grandeza de Pogacar: un recuerdo que su rival nunca olvidará]
Sin tener un super equipo, el esloveno ha convertido el Giro en una tiranía absoluta en la que ha mandado cuándo y cómo ha querido. Se llevó la contrarreloj individual en Perugia tras batir de manera espectacular a Ganna en los últimos kilómetros, venció en Prati di Tivo sin necesidad de atacar, levantó los brazos en las duras etapas de Livigno y Monte Pana, y cerró el círculo con otra exhibición en la doble subida al Monte Grappa.
La lista de éxitos es interminable en este Giro de Italia, pero lo más llamativo de todo es que da la sensación de que Tadej ha corrido sin la necesidad de exprimirse al 100%. Sabiendo que todavía tiene mucho que hacer en esta temporada, ha habido días en los que ha guardado fuerzas por órdenes de equipo y aún así no ha habido forma de que nadie le haya incomodado lo más mínimo.
Tras los dos Tour de Francia de los años 2020 y 2021, ya tiene su primer Giro de Italia en su palmarés. Seguro que en un futuro abordará La Vuelta para tratar de colarse en el olimpo de los ciclistas que han saboreado las mieles en las tres grandes vueltas.
A por el Tour de Francia
La temporada todavía tiene muchos flecos abiertos para Tadej Pogacar, pero sobre todo aparece un objetivo en el horizonte más próximo. Ese no es otro que el Tour de Francia. La carrera más prestigiosa del mundo espera la llegada del esloveno para tratar de pelear por un triunfo que se le ha resistido los dos últimos años por el dominio de Jonas Vingegaard.
Este año las circunstancias son muy diferentes a las precedentes. Si el año pasado fue Pogacar el que llegó después de una lesión de muñeca, sin estar en plenas condiciones, ahora será Vingegaard el que se plante en el Tour tras una complicada recuperación. Su caída en la Vuelta al País Vasco, muy grave, de hecho todavía deja en el aire su participación en la ronda gala.
Ha ganado muchos puntos el favoritismo de Pogacar para el Tour después de lo sucedido en la Itzulia, aunque está por ver el nivel al que llegarán Primoz Roglic o Remco Evenepoel, los que sobre el papel serán los otros grandes rivales a batir.
Con La Vuelta este año descartada, las características de Tadej le permiten además pelear por otro tipo de carreras. Clásicas y Monumentos que ya le han convertido en uno de los mejores ciclistas de toda la historia a sus 25 años. Tres Il Lombardía, dos Lieja-Bastoña-Lieja, un Tour de Flandes o dos Strade Bianche ya están en su palmarés, y esta temporada aún aspira al póquer en Il Lombardía.
No sólo eso. Pogacar sueña con vestir el maillot arcoíris, así que se apuntará al próximo Mundial que se disputa en Zúrich.
Tour de Francia, Mundial e Il Lombardía, las tres grandes citas pendientes en el calendario del ciclista de UAE para lo que resta de temporada. Todo ello, después de haber ganado ya este curso la Strade Bianche, Volta a Catalunya, Lieja-Bastoña-Lieja y ahora el Giro de Italia.