Ya lo tiene. El arcoíris es suyo. Era uno de los pocos títulos que le faltaban a Tadej Pogacar, pero el corredor esloveno ya puede presumir de ser campeón del mundo en ruta. 

Pogacar es un ciclista de culto, un corredor de época. De esos que serán recordados con el paso de los años por lo que hizo durante su carrera deportiva. Era el gran favorito para colgarse el oro en Zürich, todo el mundo sabía que atacaría en uno de los repechos del circuito final, pero aún así nadie fue capaz de pararle.

A 100 kilómetros de la línea de meta Tadej Pogacar sorprendió y reventó la carrera en mil pedazos. Ahi empezó una exhibición impresionante, una de las mayores de los últimos tiempos y seguramente la mejor de la carrera del esloveno, y eso es decir mucho después de todo lo que ha hecho en estos maravillosos años.

Este triunfo mete al Olimpo directamente a 'Pogi'. En una misma temporada se ha proclamado campeón del Giro de Italia, campeón del Tour de Francia y campeón del mundo. Una gesta inalcanzable que sólo habían conseguido atar Eddy Merckx y Stephen Roche en toda la historia. 

Pogacar deslumbró al mundo, dejó boquiabierto a los miles y miles de espectadores que se dieron cita en las cunetas y volvió a concentrar todos los halagos una vez más. Es un corredor incomparable, y durante todo el año vestirá ese arcoíris que distingue al mejor del planeta para suceder así a Van der Poel.

Tadej Pogacar celebra su victoria en el Mundial de ciclismo 2024 en Zürich. REUTERS

Una obra de arte

Lo que hizo Tadej Pogacar en Zürich tardará mucho tiempo en olvidarse. Pocas veces se ven ataques tan lejanos -incluso aun hablando del esloveno-, pero demarrar a 100 kilómetros para la meta y en pleno Mundial son palabras mayores. Casi inverosímiles, de hecho.

El clima acompañó por primera vez en Zürich desde hacía muchos días. Sin rastro de la lluvia, el sol fue un gran compañero de viaje para poder presenciar una de las mayores exhibiciones de los Mundiales. 

Hubo abandonos prematuros e importantes que condicionaron la carrera, como los de Alaphilippe, Skjelmose, Pello Bilbao, Mikel Landa o Almeida. Nada que alterara, sin embargo, la pelea a tres que todo el mundo quería ver entre Pogacar, Evenepoel y Van der Poel. 

Sin embargo, esa esperada guerra saltó por los aires cuando a 100 kilómetros para la meta el esloveno hizo gala de su poderío, soltó vatios y dejó claro por si había alguna duda que es el mejor de ahora y uno de los mejores de todos los tiempos. Se fue en uno de los repechos mientras Remco y Mathieu aguantaban o eran incapaces de seguirle.

Por delante se encontró con Tratnik, que le hizo un buen trabajo durante varios kilómetros, y después cazó a la fuga que aún sobrevivía. La escabechina siguió. Tan sólo Sivakov, compañero en el UAE, fue capaz de aguantarle, pero terminó cediendo como imponía la lógica.

La aventura en solitario fue espectacular. Por detrás Bélgica o Países Bajos echaron el resto, pero Tadej llegó a superar el minuto de ventaja y con el paso de los kilómetros quedó claro que no le iban a poder cazar.

Tadej Pogacar, en el momento de entrar en meta en el Mundial. REUTERS

Ni siquiera cuando el esloveno entró en una pequeña crisis en los instantes finales, acusando el cansancio de tantos kilómetros en solitario. A veces, Pogacar es terrenal. Sin embargo, por detrás no hubo el entendimiento suficiente. 

Tadej entró triunfante en meta, con tiempo suficiente como para saborear lo que acababa de hacer. Pura historia. Por detrás O'Connor aprovechó la confusión y se alzó en solitario con la plata, mientras que en el sprint del grupo Van der Poel se impuso para el bronce. 

Enric Mas fue el mejor español. Terminó octavo, sin opciones en el sprint de ese grupo, pero entró entre los mejores y dejó muy buenas sensaciones. Al menos, le dio protagonismo a España, como Roger Adrià, que estuvo muy activo.