Las grandes rivalidades del deporte se forjan en las grandes competiciones. Por eso, la mezcla de la lucha entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard con el Tour de Francia resulta el cóctel perfecto para seguir contando un relato histórico del ciclismo. Los dos mejores corredores del mundo, frente a frente en la mejor carrera del planeta.
Eso es lo que se espera del Tour de Francia 2025, un nuevo enfrentamiento en igualdad de condiciones entre el esloveno y el danés. Lo de este año no fue ni mucho menos equilibrado, condicionado sobre todo por la gravísima caída de Vingegaard en la Itzulia que a punto estuvo de terminar en algo mucho peor.
Los protagonistas son inamovibles, es el duelo que todo el mundo ansía ver, pero faltaba por conocer en qué terreno se volverían a ver las caras el próximo año. Al fin, el Tour de Francia desveló su secreto mejor guardado y anunció el recorrido que durante 21 días pondrá a prueba a los más resistentes.
Un trazado un tanto descafeinado en la primera mitad de la carrera que, sin embargo, dará lugar a grandes etapas de montaña en la segunda y la tercera semana de competición. Aparecen en el calendario lugares de buen recuerdo para Vingegaard como Hautacam o el Col de la Loze, aquel lugar en el que el danés provocó el "estoy muerto" de Pogacar.
Por ello, el recorrido supone una oportunidad perfecta para que el esloveno, que tendrá marcados a fuego aquellos malos momentos, se redima a lo grande, consiga su cuarto entorchado y amplíe aún más la diferencia en el palmarés con respecto a Jonas Vingegaard en esta encarnizada pelea.
Una primera semana de paz
El próximo Tour de Francia va a ser muy diferente a los vividos en los últimos años. Si en temporadas anteriores ya hubo disputa por la clasificación general en los primeros días, pequeños aperitivos de lo que estaba por venir, parece que en 2025 las cosas no empezarán a moverse en serio hasta la segunda semana.
El primer bloque de competición es sencillo. Cuatro presumibles llegadas al sprint estarán acompañadas por varias jornadas en las que la gran dificultad estará en los kilómetros finales con repechos explosivos, entre ellos el Muro de Bretaña donde Van der Poel ya se exhibió recordando a su abuelo Poulidor en 2021.
Ese parece un terreno más propicio para Tadej Pogacar en el caso de que quiera mostrar sus cartas temprano, pero ni mucho menos habrá grandes diferencias.
El gran obstáculo llegará en la quinta etapa de una manera diferente. En esta ocasión la contrarreloj aparece muy pronto en la configuración del recorrido, así que será un buen momento para ver realmente cómo están las fuerzas de uno y otro. Si alguien llega justo, podría pagarlo en los 33 kilómetros hechos para que los especialistas rueden a toda velocidad.
Pirineos primero, Alpes después
Un breve paso por el Macizo Central dejará paso a la llegada de los Pirineos. Será el momento de empezar a lanzar los fuegos artificiales, porque aquí el Tour de Francia va a empezar a ponerse serio.
La llegada a Hautacam en la duodécima etapa amenaza con empezar a marcar el resto de la carrera. En esa misma cima, Jonas Vingegaard le endosó más de un minuto a Tadej Pogacar en el Tour de 2022, así que el danés sabe perfectamente cómo hay que subir hacia este mítico final para hacer daño a su rival.
Lo siguiente será uno de los momentos más llamativos y esperados de esta edición. La cronoescalada subiendo Peyragudes obligará a los ciclistas a un esfuerzo muy intenso. Apenas 11 kilómetros de etapa pero 8 de ellos ascendiendo una cima al casi 8% de pendiente media. Ni un solo instante para el respiro. En las cronoescaladas se han vivido momentos históricos en las últimas ediciones.
Al día siguiente, la que puede ser catalogada como la etapa reina del Tour de Francia. Tourmalet, Col d'Aspin, Peyresourde y la ascensión final a Superbagnères. Territorio comanche y, ahora mismo, un terreno en el que parece imposible no pensar en otra exhibición de Pogacar.
La última semana cambiará los Pirineos por los Alpes para dejar las últimas notas de espectáculo. Para abrir boca, la etapa monopuerto del Mont Ventoux, ese lugar tan mítico donde hace años Chris Froome tuvo que ascender unos cuantos metros corriendo sin bicicleta.
La decimoctava etapa tiene mucho de simbólica. Un día que arrancará con la subida al Col du Glandon, que seguirá con la Madeleine y que terminará en el Col de la Loze. Allí, el año pasado y en plena superioridad de Vingegaard, Tadej Pogacar pronunció aquella frase que ha quedado para la historia: "Estoy muerto". Allí pasó uno de sus peores días como profesional, seguramente el peor en el Tour de Francia.
La última oportunidad llegará en la antepenúltima jornada con cinco puertos puntuables y el final en La Plagne. Otro final más en alto en este Tour de Francia que mira mucho para arriba y poco a la habilidad en los descensos.
La tapete está puesto y ahora ya todos conocen el terreno de juego por el que transcurrirá la carrera. Los libros de ruta y los cálculos ya están echando humo en Visma para Jonas Vingegaard y en UAE Team para Tadej Pogacar. Si ambos llegan en igualdad de condiciones, volverá a ser la batalla del año, el danés en busca de su tercer Tour y el esloveno en busca del cuarto entorchado.
Será el quinto enfrentamiento cara a cara entre ambos desde que se citaran, casi casualmente, en 2021. Una rivalidad que cada año deja detalles por descubrir.