"Me he ido, estoy muerto". En plena ascensión al Col de la Loze, uno de los puertos más duros que tiene Francia para subir en bicicleta, Tadej Pogacar pronunció esas palabras mientras veía cómo Vingegaard le metía una minutada camino de la meta.
Seguramente fue su peor día hasta la fecha en el Tour de Francia y uno de sus momentos más complicados como ciclista profesional. Pogacar, un corredor acostumbrado a ganar, pegado al éxito y que ya puede presumir de ser uno de los mejores de la historia con apenas 26 años, aquel día negro claudicó.
Este Col de la Loze trae, por lo tanto, infaustos recuerdos a la memoria del ciclista esloveno, pero el ciclismo le brindará una segunda oportunidad el año que viene en la próxima edición del Tour de Francia.
La ronda francesa regresará a aquel fatídico lugar en 2025. Lo hará en la etapa 18, en la que antes de llegar al puerto final se subirán el Col du Glandon y el Col de la Madeleine. Una de las jornadas reinas de la próxima edición que amenaza con ser definitiva para la clasificación general.
Allí Pogacar podrá resarcirse del infierno vivido dos años atrás. El esloveno se reencontrará con su peor pesadilla, pero seguro que habrá tomado buena nota de lo que le sucedió aquel día y estará ansioso de devolverle la moneda a un Jonas Vingegaard que aquel día le arrasó sin ninguna piedad.
El día del infierno
El Tour de Francia del 2023 todavía sigue retumbando en la memoria de Tadej Pogacar. Aquel año no llegó en plenitud de condiciones -como tampoco lo hizo Vingegaard al de 2024- como consecuencia de la caída sufrida en la Lieja-Bastoña-Lieja. Sus problemas en la muñeca le persiguieron el resto de la temporada y fueron decisivos.
Las dudas con las que llegó a la cita más importante del año se despejaron para mal y confirmaron que el esloveno no estaba a la altura de otras temporadas. Vingegaard le asestó a Pogacar un durísimo golpe en la crono de Combloux al meterle más de un minuto y medio, así que el día del ascenso al Col de la Loze -la etapa terminaba tras un tramo de descenso- se presentaba como el día perfecto para recuperar tiempo.
Sin embargo, aquello se tornó en una pesadilla para el esloveno. Cuando aun restaban unos 15 kilómetros para llegar a la meta, Tadej empezó a ceder de la rueda de su máximo rival y ahí entendió que el Tour se había terminado para él.
Los segundos se convirtieron en minutos, y la situación que vivió el hasta ese momento doble campeón del Tour de Francia fue límite. "Me he ido, estoy muerto", dijo a sus directores por la radio del equipo. El mensaje de vuelta fue que Adam Yates luchara por el podio y que Marc Soler se quedara con Pogacar para ayudarle en el resto del día.
La labor del gregario español fue impagable. Con Pogacar totalmente destruido y sin fuerzas, Marc llevó hasta la meta a su líder, una imagen sobrecogedora e inesperada. El resultado de este desfallecimiento fue que el astro del UAE Team cedió más de cinco minutos con respecto a Jonas Vingegaard.
Aquel día Pogacar sufrió una humillación a cargo de su máximo rival y vivió uno de los peores días que ha tenido sobre la bicicleta. En el Tour de 2025, tres años más tarde, se tendrá que enfrentar a ese mismo escenario y, sobre el papel, también al mismo rival que aquel día le masacró. Una oportunidad perfecta para la venganza y para redimirse de las malas sensaciones vividas el 19 de julio de 2023.