La Vuelta más 'loca', en su recta final: O'Connor, Roglic, Enric Mas y las incógnitas de una carrera sin control
La prueba entra en su última semana de competición con una pelea muy abierta todavía en la clasificación general y un recorrido de lo más exigente.
3 septiembre, 2024 08:00Esta Vuelta a España es indomable y por eso la tercera semana de competición se presenta tan apetecible. En una invitación al puro espectáculo y al disfrute de cualquier aficionado que se precie a vivir la carrera en directo o por televisión, el bloque final 'amenaza' con dejar días para el recuerdo y una lucha sin cuartel de la que tan sólo uno podrá salir vencedor.
Seis días de competición por delante, grandes finales en alto -alguno de ellos emblemático como los Lagos de Covadonga este mismo martes- y muchas incógnitas por resolver. En una edición ingobernable, en la que ningún equipo ha sido capaz de imponer su ley en favor de su líder.
Por eso, se antoja complicado imaginar un guion sin sobresaltos en esta última semana de competición. Pese a que Ben O'Connor sigue siendo el líder de La Vuelta con más de un minuto de margen con respecto a Primoz Roglic, la sensación general es la de que el esloveno es el gran favorito todavía para hacerse con el triunfo final.
Tiene terreno favorable por delante, es cierto. La alta montaña y la contrarreloj del día final en Madrid juegan a favor del hombre del Red Bull - BORA, que busca el récord de entorchados en La Vuelta, pero se han visto demasiadas cosas extraordinarias en las etapas anteriores como para descartar cualquier sorpresa.
Por el momento, La Vuelta puede presumir esta temporada de ser la grande con más emoción hasta los últimos días de competición. El Giro de Italia y el Tour de Francia fueron dominados con puño de hierro por Tadej Pogacar y su equipo, pero su ausencia en esta Vuelta ha abierto el abanico al resto de los mortales.
O'Connor y su resistencia
En la sexta etapa con final en Yunquera se colocó Ben O'Connor líder de esta Vuelta a España. El australiano sorprendió con una fuga inverosímil y pasó a ser inmediatamente un contendiente más en la pelea por la clasificación general cuando ya nadie contaba con él.
De los casi cinco minutos de renta que llegó a coger aquel día, a las puertas de la tercera semana de competición ya queda poco rastro y la renta es de tan sólo un minuto y tres segundos. Sus rivales comprendieron a la perfección que O'Connor era demasiado peligroso como para dejar los deberes hasta última hora, y por eso se pusieron manos a la obra en cada instante en el que tenían terreno para probarle.
El líder sufrió de lo lindo en días como Ancares o Cazorla, demostrando que no es ni mucho menos el mejor escalador de esta Vuelta especialmente cuando las rampas se vuelven tan duras. Pero cuando se esperaba que incluso pudiera perder el maillot rojo en el Cuitu Negru, consiguió salvar la jornada de manera espectacular con un esfuerzo al límite de sus capacidades.
"¿Todavía lo tengo?", le preguntó a un auxiliar del Decathlon AG2R que le atendió nada más llegar a la meta. La respuesta fue afirmativa, así que en estos últimos seis días de competición podrá defender su minuto de renta.
Roglic y Enric Mas, al ataque
Quienes están obligados a ir al ataque, uno más que otro, son Primoz Roglic y Enric Mas. El esloveno sigue entrando en muchas quinielas como el favorito número 1 para llevarse la victoria en esta Vuelta, mientras que el balear tendrá que ser todavía más ambicioso porque su desventaja es mayor.
Roglic está ante un gran reto personal. Cuenta con tres entorchados de La Vuelta en su palmarés, y uno más le haría igualar a Roberto Heras como el hombre con más títulos en esta carrera. Quiere el récord y en España es donde más a gusto se siente corriendo, así que está convencido de poder hacerlo.
El esloveno tuvo su día malo en Hazallanas. Aquella jornada entró en crisis y Enric Mas le llegó a aventajar en más de un minuto durante la subida, pero el balear casi dio con sus huesos en el suelo en el descenso y consiguió salvar la situación para superar su día malo sin consecuencias.
Enric es quien tendrá que demostrar todavía más cosas en esta última semana de competición. El balear tiene unas piernas como nunca y hasta se le ha visto atacando en primera persona, algo que siempre se le recriminaba, por lo que parece que este año está más cerca que nunca.
Sin embargo, le tendría que recuperar 2 minutos y 23 segundos a Ben O'Connor, y 1 minuto y 20 segundos a Primoz Roglic. La empresa no es sencilla, está claro, pero tiene terreno para intentarlo y para buscar la que sería la mayor gesta de toda su carrera deportiva.
Abriendo el abanico todavía se podría meter a actores como Richard Carapaz o Mikel Landa, pero en el caso de ambos la renta a recuperar es todavía mayor y la contrarreloj del último día también les penalizaría.
Un recorrido para Roglic
La última semana de competición tendrá una gran exigencia, empezando por lo que llega este mismo martes. Para abrir boca, y después de un día de descanso que para muchos es traicionero en ocasiones, llegan los Lagos de Covadonga, una cima emblemática y durísima después de un día en el que la dificultad será máxima.
Los Lagos serán uno de los jueces de la carrera, al igual que la cima de Picón Blanco. Este es el otro día marcado en rojo para los ciclistas, una de las etapas reina de La Vuelta que finalizará tras un entrelazado de hasta siete puertos sin apenas terreno de descanso para las piernas. Un infierno absoluto.
Las duras rampas de los Lagos parecen mucho más propicias para Roglic que para Ben O'Connor, al igual que un día de tanta exigencia como el de Picón Blanco. El favoritismo del esloveno aumenta todavía más al ver que este año La Vuelta termina con una contrarreloj de 24 kilómetros en Madrid y no con el tradicional paseo por el centro de la capital.
Esta es otra ventana abierta para que Roglic haga diferencia con el resto de sus rivales, tanto con Ben O'Connor como con Enric Mas. Las cartas parecen dispuestas para que Primoz se haga con su cuarto entorchado en La Vuelta, pero esta carrera es imprevisible y es muy difícil jugar a ser adivino en una competición tan abierta.