La Fiscalía suiza podría allanar la oficina de Michel Platini en cualquier momento. El presidente de la UEFA está siendo investigado y no es un mero testigo en el caso por corrupción que mantiene imputado desde la semana pasada al todavía presidente de la FIFA, Joseph Blatter. “Está en una posición intermedia entre un testigo y un acusado”, aseguró el miércoles a los periodistas Michael Lauber, fiscal general de Suiza. La investigación no ha alcanzado aún “el descanso” (dijo utilizando un símil futbolístico) y el despacho del ex capitán de la selección francesa, presunta esperanza regeneradora para la entidad que gobierna el fútbol mundial, será revisado si aparecen “elementos suficientes” para hacerlo.
La reputación del tres veces Balón de Oro en la década de 1980 cae en picado desde que se tuvo noticia de un pago de 1,8 millones de euros que le ingresó Blatter en 2011 por un trabajo presuntamente realizado entre 1999 y 2001. El hombre que el pasado 28 de mayo, un día después del arresto de siete directivos de la FIFA en Zurich, pidió la dimisión de Blatter “para cambiar la organización” ha asegurado que va “a seguir adelante”. Pero encuentra serias dificultades para convencer al mundo del fútbol, sensibilizado por la catarata de investigaciones que rodean a una estructura con aromas pestilentes desde hace lustros.
Platini, sin embargo, no está eliminado de la carrera todavía. La federación inglesa de fútbol decidió el miércoles mantener su apoyo a su candidatura, aunque “acontecimientos recientes han abierto una serie de interrogantes que han de ser completamente examinadas”. Platini era el gran favorito para suceder a Blatter en las elecciones del 26 de febrero, pero la figura del príncipe jordano Alí Bin al Hussein crece con cada escándalo y se esperan, además, nuevas candidaturas con aires de renovación (entre ellas, por ejemplo, la del brasileño Zico) que podrían incluso aliarse entre sí para derrotar al aspirante del 'establishment'.
La aclaración del polémico pago será esencial para la campaña electoral. No se sabe si servirá para ayudarle o hundirle un poco más, pero 'Sepp' Blatter ha enviado una carta personal a todas las federaciones internacionales de fútbol para defender al francés por el desembolso: era el último pago, en teoría, por una antigua asesoría técnica del francés (que fue declarada a Hacienda por ambas partes).
Platini también ha escrito una carta a las federaciones, en las que sostiene que “la remuneración se acordó en el momento, y después de que se efectuasen los pagos iniciales el saldo final de dos millones de francos suizos fue pagado en febrero de 2011”.
La fiscalía sospecha, no obstante, que pudo constituir un pago real por un empleo ficticio. Y no faltan quienes creen que la divulgación del pago es, sencillamente, una venganza de Blatter contra su 'delfín' por las declaraciones de aquel tormentoso 28 de mayo, cuando la investigación del FBI (paralela a la de las autoridades suizas) hizo temblar por primera vez al comité ejecutivo de la FIFA.
“No puedo decir si estoy satisfecho o no, porque dañaría la investigación”, agregó el miércoles el fiscal general suizo, que aún no ha levantado cargos concretos contra Blatter. El dirigente suizo, de 79 años, fue interrogado el pasado viernes (en el primer proceso penal abierto en su contra) por “sospecha de gestión desleal y abuso de confianza”. Uno de los actos investigados es el pago posiblemente fraudulento (“desleal”) a Platini.
Ambos dirigentes son vigilados también por el Comité de Investigación de la propia FIFA, presidido por el suizo Cornel Borbely, y el Comité Ético, dirigido por el alemán Hans-Joachim Eckert, quien podría decidir en octubre abrir una investigación formal contra Blatter y Platini (e incluso suspenderles). Esta comisión decidió recientemente suspender de por vida al triniteño Jack Warner, ex vicepresidente de la organización arrestado y procesado por sobornos diversos, de toda actividad relacionada con el fútbol.
Blatter y Platini (que alguna vez fueron amigos) no se encontrarán este viernes en el partido de exhibición previsto entre UEFA y FIFA, cancelado esta semana sin motivo aparente. El suizo solía viajar a Francia por esta razón, pero no es momento para partidos amistosos y tampoco parece que Blatter vaya a salir de su país mientras penda sobre su cabeza la amenaza de una detención o extradición.
No sorprende que ex futbolistas rebeldes como Diego Maradona o Romario sigan afirmando en público que “falta gente presa en la FIFA” o que “Platini es un mentiroso, pues aprendió con Blatter” (como proclamó esta semana el 'Pelusa'). Pero nunca la figura del ex centrocampista francés de 60 años, el mismo que promete limpiar la imagen de una institución dañada y unánimemente cuestionada, ha inspirado más recelo que en este otoño de 2015.