En octubre de 2010, contra Lituania, Aritz Aduriz entraba por primera vez en una convocatoria de la selección. Del Bosque, que por entonces ya buscaba sustituto para Torres y Villa, reclamaba su presencia como posible alternativa. Sin embargo, su figura se fue desvaneciendo. A aquella presencia le siguió otra en 2011, pero ahí se acabó su historia con la ‘Roja’. No hubo más oportunidades. Ni más llamadas. Ni nada de nada. El delantero vasco siguió haciendo su trabajo, pero nunca consiguió que se le tomara en cuenta. Tampoco ahora, cuando es el máximo artillero nacional (11 tantos).
Aduriz es uno de los grandes olvidados de Del Bosque. ¿Motivos? El seleccionador los esgrimía el pasado mes de agosto, cuando la opinión pública reclamaba su convocatoria tras anotar cuatro goles en la Supercopa de España contra el Barcelona: “Conocemos sus virtudes, pero tenemos otras ideas sobre lo que tiene que ser el equipo. No ha jugado con nosotros desde hace tiempo y no podemos experimentar mucho. Queremos una plantilla fija”, aclaró el seleccionador.
A sus 34 años, el ariete, como si hubiera seguido la dieta Gasol, está en uno de los mejores momentos de su carrera. Su inicio de campaña es para enmarcar: 11 goles (cuatro en Supercopa, tres en la Europa League y cuatro en Primera división). Es decir, sus números son mejores que los de cualquier delantero nacional susceptible de ser llamado por Vicente Del Bosque: Nolito (cinco), Alcácer (uno), Morata (tres) –los tres convocados– y Diego Costa (dos). Sin embargo, su teléfono sigue sin sonar.
Este domingo, de nuevo, volvió a ser capital en la remontada del Athletic de Bilbao contra el Valencia. ¿Cómo? Tal como acostumbra. Aguantó la pelota, inició la presión en la punta de ataque y tiró las diagonales cuando lo necesitaba su equipo. En el segundo tanto, dándole el pase a Susaeta, y en el tercero, yéndose de su par, controlando y buscando el remate cruzado. Es decir, como un auténtico delantero centro, el mismo que quiso fichar Pep Guardiola para el mejor Barcelona de la historia hace tan sólo unos años.
Ahora, condenado al ostracismo, defiende con sacrificio los colores del Athletic de Bilbao. Y en San Mamés están encantados. Aduriz ha conseguido sacar a su equipo de la zona baja y huir del descenso. Junto a él, Raúl García –el hombre que le dio la asistencia del segundo tanto– descansará esta semana y verá a la selección por la televisión. ¿Eternamente? Quién sabe.