"Hay que ser muy zoquete para hacerlo mal con 300 millones"
El técnico del Rayo Vallecano, Paco Jémez, habla de política, vida y fútbol para EL ESPAÑOL antes del partido contra el Barcelona.
17 octubre, 2015 00:19Noticias relacionadas
Paco Jémez (Las Palmas de Gran Canaria, 1970) recibe a EL ESPAÑOL antes de enfrentarse al Barcelona el sábado en el Camp Nou (20:30 horas) y después de sonar fuertemente como candidato a sustituir a Vicente Del Bosque tras la Eurocopa de Francia. Sin regatear, dispuesto a hablar de fútbol, pero sin eludir la actualidad. Habla con contundencia, pausado y firme, pero con el romanticismo que bendice su fútbol. Busca a los valientes y huye de los mediocres. Eso sí, lo único que le importa en su vida es que le consideren una persona honrada. Y el resto, que lo cuente él mismo…
Si ahora se encontrara con el Paco Jémez que empezó a jugar al fútbol, ¿qué le diría?
Que tiene mucho que aprender. La juventud te da algunas cosas y te priva de otras, pero se aprende pasándolas canutas y cometiendo errores. A veces, queremos que las personas de 18 años se comporten como los que tenemos 45, y eso no puede ser.
Contestatario, trabajador… ¿Vallecas es como usted o usted es como Vallecas?
Hombre, sería un poco pretencioso decir que Vallecas es como yo, pero sí creo que mi carácter es muy parecido al del barrio. Me alegro de vivir en un lugar que no está al margen de lo que ocurre en la sociedad. Y, quizás por eso, encajo tan bien aquí y tengo una determinada forma de hacer las cosas. Aun así, hay algo que tengo claro: no puedes gustarle a todo el mundo. Es más, si le caes mal a determinada gente significa que estás haciendo las cosas bien. Si con esta forma de actuar encajo en Vallecas, posiblemente sea una coincidencia, pero tengo claro que si mañana me voy a otro sitio, voy a hacer lo mismo.
Usted viene de una familia humilde. ¿Cómo le ha condicionado?
Yo creo que la reacción ante el mundo viene dada por la educación de cada persona. Algunos hemos tenido la suerte de haber pertenecido a una familia humilde y eso nos hace mirar la vida de una determinada manera. Está claro que si siempre has tenido 500 euros, pues no le das mucho valor a nada; pero si lo único que has tenido en el bolsillo ha sido pelusilla, sueles valorar las cosas de otra manera.
¿Cómo se vive la peor crisis de la historia de España en un barrio como Vallecas?
Pues muy mal. Hay muchas personas que las han pasado canutas y son las únicas que se pueden quejar. Se han visto verdaderas tragedias. Nosotros (en el fútbol) somos unos privilegiados y tenemos que dar gracias.
¿Qué piensa cuando se levanta?
Pues mira, me miro al espejo, veo que soy feo, pero sé que tengo mucha suerte por hacer lo que me gusta. Sólo tengo razones para llegar al trabajo con una sonrisa de oreja a oreja.
¿Es necesario que el fútbol tenga una función social?
Yo creo que es una obligación. Soy un convencido de que el fútbol tiene que valer para servir y, obviamente, también para disfrutar.
El fútbol, por tanto, entendido no sólo como deporte, es también política. Cuando Paco Jémez llega al Camp Nou y escucha a más de 90.000 personas gritando "¡Independencia!", ¿qué piensa?
A mí todo esto me da un poco de miedo. Yo puedo entender que alguien sea independentista y lo respeto, pero que él respete también mi opinión. El problema es que yo un día pito tu himno, tú otro día quemas mi bandera… Y cuando nos queremos dar cuenta tenemos un Cristo montado que para Dios.
Se ha hablado mucho de los pitos al himno. El problema no son los pitos, sino lo que pueden generar. Eso es lo que se les escapa a algunos políticos. Ellos deben tener responsabilidad y, en ese sentido, algunos no la tienen. Es un tema difícil, pero entre todos tenemos que buscar soluciones para que esto no llegue a lo que ha pasado en otros países, donde ha habido guerras por la independencia.
Parece que le interesa la política…
Me interesa todo lo que atañe a mi familia y a mi país. Y, en ese sentido, la política forma parte de todo eso. Respecto a los políticos, es verdad que hay informaciones que les hacen mucho daño, pero yo no pienso que todos sean unos chorizos. ¿Qué los hay malos? Pues claro, pero también hay muchos buenos. Generalizar es malo y seguro que hay gente fantástica en los ayuntamientos. Eso sí, nos corresponde exigirles que sean honrados.
Además de la política y el fútbol, ¿qué le preocupa?
El bienestar de mi familia y que no tengamos que vivir ninguna tragedia. Al final, todos los problemas acaban arreglándose.
¿Y qué le da miedo?
Todo lo que no pueda controlar, porque el resto depende de mí. Dicho esto, creo que es necesario tenerlo. La diferencia entre un cobarde y un valiente es que el primero sabe afrontar el miedo y el segundo, no. El miedo es importante porque te mantiene vivo y despierto.
¿Qué tal lleva el duopolio entre Barça y Madrid?
Quiero pensar que cada vez hay más rivales, pero está claro que estos dos van a llevar la voz cantante y el resto tendremos que esperar. Intento aprender cada día de ellos.
Pero cuando usted jugaba la Liga era más competitiva.
Sí, claro, pero en mi opinión, creo que tenemos la mejor Liga del mundo, pero sería mucho mejor si tuviéramos más competitividad. Aunque al final es una cuestión económica. Eso produce diferencias, y cuando tú te gastas, por poner un ejemplo, 300 millones de euros en hacer un equipo, pues tienes que ser muy zoquete para hacerlo mal.
Entre estas cuatro frases, dígame su opinión. La primera, de Andrés Iniesta: “Sentirte feliz como persona es superior a cualquier triunfo”.
Iniesta, además de ser un gran jugador, es un tipo inteligente y viene de una escuela en la que le han enseñado eso. Yo, personalmente, quiero que mis jugadores sean buena gente y, después, buenos jugadores. Bastantes problemas tiene el fútbol como para que la gente que estamos dentro generemos más.
Carlos Bianchi: “No pienso amargarme la vida por perder un partido o un campeonato, un verdadero drama es tener un hijo enfermo (…) o no llegar a fin de mes”.
Totalmente acertado. Nosotros hacemos una tragedia el perder un partido, pero luego hablas con el vecino y te dice: ‘Mira, le acaban de encontrar un tumor a mi hijo y le queda poco de vida’. Y entonces te dices a ti mismo: ‘¿Y yo estoy preocupado porque he perdido un partido? Yo soy un gilipollas’.
Guardiola: “No hay nada más peligroso que no arriesgarse”.
Lo peor es acostarse por la noche y saber que no has hecho todo lo que podías. Al final, en esta vida, no se trata de ser mejor o peor, sino distinto. A mí, particularmente, la gente que no arriesga y no es valiente no me vale para mi equipo.
"La gente que no arriesga y no es valiente no me vale para mi equipo"
Vicente del Bosque: “El éxito sin honor es el mayor de los fracasos”.
No se trata sólo de ganar o perder, sino de cómo lo haces, y con qué honor afrontas eso.
Hablando ya de la actualidad. Este domingo viajan a Barcelona. ¿Cómo se preparan este tipo de partidos?
Entrenamos como para cualquier otro porque sólo vale tres puntos. Pero es verdad que ese día nos ponemos nuestro mejor traje, las mejores botas y la mejor corbata. No sé si nos valdrá o no para ganar, pero en esos días aprendemos e intentamos reafirmarnos en lo que somos.
Usted admira a Guardiola y Luis Enrique. ¿Le cuesta elegir?
He sido compañero de los dos y tengo una gran amistad. Me enorgullezco de poder aprender de ellos. Si me dan a elegir, es como hacerlo entre papá y mamá.
"Elegir entre Guardiola y Luis Enrique es como hacerlo entre papá y mamá"
¿Qué le queda por hacer como técnico?
Mucho. Yo acabo de salir del vientre de mi mamá. No he conseguido nada. Ojalá algún día pueda luchar por títulos. De todas formas, si no puedo hacerlo, no importará. No soy un entrenador resultadista. Me interesa más el cómo se hacen las cosas y es lo que me hace sentirme orgulloso con mi profesión. No siempre los grandes entrenadores han ganado títulos.
Y ya, la última. ¿Qué sueño le queda por cumplir?
Sueño con jugar cada día mejor, no traicionarme a mí mismo, no cometer errores y no creerme mejor que nadie. Creo que puedo aprender mucho. Siempre les digo a mis jugadores que no suceden las cosas si no pasan por su cabeza. Y por la mía pasan muchas. Con que se cumplieran la mitad me sentiría bien.