Ángel Di María abandonó el Real Madrid después de ganar la ansiada Décima y llegar a la final del Mundial con Argentina siendo un jugador clave tanto en el club blanco como en su selección. Tras unas negociaciones de renovación que nunca llegaron, el jugador firmó por el Manchester United previo pago al Madrid de 70 millones de euros. Internacional con su selección en más de 60 ocasiones, Di María es considerado por los expertos como uno de esos jugadores únicos dentro de su generación. Los problemas con Van Gaal le llevaron a volar un año después al PSG, pero su producción en el United, aunque breve, fue muy buena.
En el United no terminó de cuajar y disputó muchos menos minutos de lo que desde el propio club presuponían, pero como se observa en el gráfico anterior, los momentos en los que estuvo presente fueron de muy alta calidad. La misma situación tuvo lugar el año anterior, el del doblete madridista, donde revolucionó las dos finales que jugó: Copa del Rey y la final de Champions. Además, en la Liga fue el líder de asistencias y pases clave –asistencias de tiro-, colocándose tres desviaciones típicas por encima en ambas categorías.
En la que fue su última temporada en el Santiago Bernabéu, Di María no dejó a nadie indiferente, revolucionando todo tipo de partidos en los que aparecía pese a tener problemas con el técnico blanco y afición a principios de año. Carlo Ancelotti, entonces entrenador del club de Concha Espina, supo aguantar el chaparrón y explotar las cualidades del argentino, que a la postre terminaría siendo decisivo.
Pero Di María siempre fue un jugador más que eficiente: cada vez que juega hace algo positivo para su equipo. Su desequilibrio le ha llevado a ser un jugador de élite, una pieza que todos los entrenadores querrían tener en su equipo. Desde que el Real Madrid desembolsó más de 30 millones de euros al Benfica para conseguir los servicios del jugador, éste ha respondido con creces: todos los años ha tenido una media de más de 0,5 goles o asistencias por cada 90 minutos en los que ha jugado. Di María es así un centrocampista total, capaz de repartir juego o golear.
Este miércoles Di María vuelve a enfrentarse al equipo con el que hace no mucho lo ganó todo. El fin de semana pasado Blanc, el técnico del PSG, decidió dar descanso a varios de sus jugadores frente al Bastia a sabiendas de que viene el Madrid a París. Con una plantilla plagada de estrellas entre las que destacan Zlatan Ibrahimovic, Thiago Silva o Javier Pastore, Di María no es ni mucho menos peligroso para el Madrid que ellos. “Uno de los cinco mejores futbolistas del mundo” decía el Tata Martino sobre él durante la pasada Copa América. Ante lo que será el reencuentro entre él y su ex equipo, Di María está preparado.