No es pavoneo ni pose. Para Cristiano Ronaldo, ser el mejor futbolista del mundo es una estrategia y una actitud vital que le ha ayudado a llegar donde está. Pese a ello, el portugués ha reconocido que tiene un punto débil: "No sé perder, me cabreo mucho. Grito, digo tonterías y luego lo lamento".
Según el futbolista, nacido en Madeira en 1985, la familia es la base de su éxito y si hay un hecho que forjó su carácter fue quedarse solo en Lisboa, a los 11 años, cuando fichó por el Sporting C. de Portugal. "Fue el peor momento de mi vida pero también creo que ese es el motivo de mi fortaleza mental. Dejé a mis padres, a mi hermano, a mis amigos. Fue muy duro", subraya.
"Mi padre también era una persona solitaria. Puede ser algo familiar, no sé. Pero no significa que no tenga amigos, por supuesto que los tengo, pero mis amigos de verdad son cuatro o cinco. Eso es lo normal para mí y me gusta que sea así", explica.
Sobre su futuro, deja abiertas todas las posibilidades: "Por el momento estoy feliz en el Real Madrid, pero en el futuro quién sabe. Tienes que hacer lo que te haga sentir cómodo y feliz".
Cristiano Ronaldo se reafirma constantemente en que la actitud de "ser el mejor" no es simple chulería: "En mi cabeza yo soy el mejor. Y creo que todos deberíamos pensar así de nosotros mismos si queremos conseguir grandes cosas". Y aunque es consciente de que esa estrategia le hace parecer prepotente, no le preocupa demasiado.
"Hay que ver lo bueno de los 'haters'. Te empujan y te motivan. No es que los necesite, pero tampoco los veo como enemigos. Es parte de este negocio y siempre lo ha sido", señala.
La cuestión es que al final del día, después de relajarse un rato con la natación -"es una forma de meditación", dice-, Ronaldo se acuesta en paz consigo mismo. "Duermo bien cada día porque me voy a la cama con mi conciencia tranquila. Pienso que hago feliz a la gente y yo me siento feliz".