A Eduardo Piédrola, accionista y suscriptor de EL ESPAÑOL, ya es la cuarta vez que le toca. Y eso que el choque de Liga de Campeones entre Real Madrid y Paris St. Germain recibió en nuestras oficinas más de 1.500 peticiones (por cierto, para el Clásico ya vamos por encima de las 2.000 y quedan casi tres semanas...). El palco que nuestro periódico comparte con AXA cotiza al alza. Y no es para menos, aunque madridistas y parisinos reclamaron más espectáculo en los papeles que sobre el césped.
Entre referencias a Di Stéfano, tanto en su faceta de jugador como con aquellas frases míticas que nos dejó en su etapa de comentaristas, el PSG evidenció en Chamartín su potencial, su capacidad de ir más allá, de llevar a los grandes al límite. Pero sobre todo, el grandísimo rival que será una vez superada la primera fase -atentos, que será segundo de grupo-. Y sin embargo, más allá de la falta que lanzó Ibrahimovic en el 28 lamiendo el poste...
"En Francia es un jugador de partidos pequeños". Afirma con conocimiento de causa Jean Paul Rignault, consejero delegado de AXA y ganador sí o sí en la noche del martes. Casi como Albert, también accionista y suscriptor de EL ESPAÑOL, y su acompañante Frank, azulgrana el uno, perico el otro, estudiantes ambos de periodismo y de excursión los dos por Madrid aprovechando las entradas que en suerte les habían tocado. También se llevaron consejos de la vida nocturna madrileña, aunque su experiencia futbolera ayuda: "A Cavani en París le pitaban en cada balón... Rabiot salió de ¡titular, menudo jugadorazo!".
Cavani ni amenazó la portería blanca. Eso se lo dejó al veinteañero francés, futura pareja de Pogba en la medular francesa, que dos veces casi asustó al Bernabéu, pero... "Ahí estaba Keylor", aportaba Luis Sáez. "Hay portero", insistía, aunque una fila más adelante Tomás Rivera sonreía: "A mí es que me gustan los porteros altos". La eterna polémica que no termina en la casa blanca. Y eso que Casillas puede ser parte del final de José Mourinho en el Chelsea si consigue mantener su portería a cero en Tel Aviv y sitúa al Oporto líder con 10 puntos y a los blues al borde del abismo. Un retorno del portugués: "Nooooo, ahora ya le interesa algo más tranquilo".