En las grandes ciudades el exceso de seguridad no suele ser noticia ni la presencia de agentes acostumbra a modificar el paisaje. “Pasará por aquí alguien importante”, “estrenarán alguna película”… Eso podrá pensar usted paseando cualquier día, por ejemplo, por el centro de Madrid. Sin embargo, esa realidad, que bifurcó entre la normalidad y la inquietud alrededor del Santiago Bernabéu durante todo el día, resultó ser efectiva con total garantía desde el principio de la mañana, sin registrar ningún incidente. “No hemos tenido demasiados problemas. Aparcamos el coche como siempre, montamos el puesto y no nos han revisado más de lo normal”, confesaba Juan, uno de los tenderos que se instalan a la salida del suburbano.
Desde por la mañana, a escasos 100 metros desde la parada del Santiago Bernabéu, antes de cruzar el primer paso de peatones camino del templo blanco, se agolpaban los primeros policías nacionales (del total de 1.200 –seis veces más de lo habitual–), que desde primera hora chequearon a todo el que consideran sospechoso. “Nos han abierto la mochila, simplemente”, contaban unos turistas ingleses con entradas para el partido, que decidieron llegar antes para comer y entrar al estadio dos horas antes del Clásico, tal como se ha recomendado en los días previos.
Además de los 1.200 policías nacionales, hubo alrededor 122 municipales, 1.195 agentes de seguridad privada y varios de paisano que se organizaron en torno a los tres anillos de seguridad dispuestos alrededor del estadio. Todos ellos, encargados de cerrar las Calles Rafael Salgado, Concha Espina, Plaza Sagrados Corazones, Doctor Fleming, Gutiérrez Solana y Padre Damián a las 15:30 horas. Por lo tanto, desde esa hora el Bernabéu se convirtió en una caja fuerte a la que sólo pudieron acceder los 83.000 aficionados que tenían entrada y los futbolistas.
Una vez acordonado el Bernabéu, los fans de ambos equipos empezaron a entrar dos horas antes del partido. Desde entonces, todos fueron chequeados y tuvieron que entregar tanto su entrada como su DNI para acceder al templo blanco. Se realizaron a su vez registros de bolsos, mochilas, bolsas, latas, tapones y objetos susceptibles de ser lanzados.
El día terminó sin incidentes graves. El dispositivo de seguridad funcionó conforme a lo establecido y el Clásico, en el que el Barça se impuso (0-4), se desarrolló con total normalidad.