En el fútbol, habitualmente, hay dos formas de categorizar a los equipos de leyenda. La primera de ellas consiste en atribuir a los jugadores todo el éxito, como ha ocurrido tradicionalmente en Chamartín con la ‘Quinta del Buitre’ o el ‘Madrid de Di Stéfano’. En cambio, en la otra, el mérito se lo llevan los entrenadores, como ha sucedido a lo largo de la historia en la Ciudad Condal con el ‘Barcelona de Guardiola o el de Cruyff’. Hecha la división, lo lógico sería colocar al Notthingham Forest de Brian Clough entre los segundos. No por capricho, sino por justicia. Aquel equipo Campeón de Europa dos temporadas consecutivas (1979 y 1980) es un rara avis impensable en el marco actual. Por ello, quizás, cuando se cumple la 60 edición de la creación del máximo torneo continental, toca hacerle un hueco en letras color sepia a la mencionada hazaña.
Aquella historia, que acaba con el Nottingham Forest levantando la Copa de Europa, comienza mucho antes, el día que una lesión de rodilla retira a Brian del fútbol.Entonces, sin que nadie fuera consciente de ello, la vida dio a luz a un gran entrenador. Puede que al mejor. Al fin y al cabo, así quedó escrito a posteriori, desde que Clough decidió aceptar el cargo de técnico en el Hartlepools United. O, más concretamente, cuando fichó por el Derby County, equipo al que ascendió de segunda, convirtió en campeón en primera y semifinalista de Europa, donde cayó contra la Juventus.
“Dicen que Roma no se hizo en un día, pero yo no dirigí aquel trabajo”, llegó a reconocer el técnico durante su exitosa etapa en el Derby County. Tal como acostumbraba, sin pretender caer bien a nadie. Clough era un tipo particular: seco, arrogante y antipático; adicto al alcohol, dicharachero y respondón. Pero en ningún caso infalible. Del Derby decidió salir tras varios encontronazos con la directiva. Incluso, a pesar de que los jugadores lo respaldaban, como quedó reflejado en aquella campaña organizada para su regreso: Bring back Clough (traed de vuelta a Clough).
En todo este período le acompañó Peter Taylor. Su confesor, su amigo y quizá el mejor director técnico que se podía tener en la época. “El tándem era ideal. Taylor era brillante e hizo un gran trabajo. Sabía elegir a la perfección a los jugadores que necesitaba Clough”, apostilla Jonathan Wilson, escritor de ‘Nobody ever says thank you’ (nadie dice jamás gracias), la biografía no oficial de Brian, en conversación con EL ESPAÑOL.
Tras su salida del Derby County lo normal es que Clough se hubiera incorporado a un grande, pero no lo hizo. Junto a Taylor, fichó por el Brighton, pero desapareció de allí poco después, dejando a su ayudante al cargo. Brian, que había odiado como nadie al Leeds y a Don Revie –su anterior técnico–, llegó para sustituirlo, pero tan solo aguantó 44 días, hasta que lo echaron. ¿Por qué? Aunque sea ficción, el libro que mejor lo explica es ‘Maldito United’ (Editorial Contra), de David Peace, que vive cansado de repetir su historia tras las muchas polémicas que generó su novela, con alguna demanda de por medio.
“Hoy es un día muy triste… para el Leeds United”, avisó Clough en su despedida. Y en buena parte, acertó. Salió de allí y se incorporó al Notthingham Forest para hacer historia. “Su importancia en el fútbol inglés es ineludible. Llegó a un equipo pequeño y lo convirtió en Campeón de Europa”, reconoce Simon Kuper, autor de ‘Fútbol contra el enemigo’ (Editorial contra), en conversación con EL ESPAÑOL. Y Jonathan Wilson asiente: “Es una historia irrepetible. Impensable en el fútbol actual”.
Brian llegó cuando el Nottingham Forest apestaba a descenso y lo salvó. Y a partir de ahí, ningún equipo ha conseguido hacer lo propio. En su segunda temporada, ya con Peter Taylor, dejó octavo al equipo. A la siguiente, ascendió. Y de ahí al cielo. En su primera campaña en la máxima categoría se hizo con el doblete: Division One y la Copa de la Liga, superando en ambas al Liverpool. ¿Y después? Dos Copas de Europa consecutivas.
La primera ‘Orejona’ la consiguió ya con un excelente jugador en sus filas, Trevor Francis (el primero que costó un millón de libras), contra el Malmö. Y aunque puede que no fuera la final más divertida de la historia, sin duda, roza lo legendario. “No fue un gran partido. Ellos fueron un equipo aburrido. De hecho, Suecia es una nación aburrida. Pero hemos ganado. Qué importa lo demás”, reconoció tras agarrar la copa. ¿Y un año después? Más de lo mismo, pero contra el Hamburgo de Kevin Keegan.
Aquel equipo, irrepetible, pervive en la historia del fútbol con el apellido Clough. “Es que, además de las dos Copas de Europa, lo que hizo él fue muy grande. Sólo hay cuatro entrenadores en la historia que han ganado la Liga con dos equipos diferentes: Tom Watson, que lo hizo con el Sunderland y el Livperool; Herbert Chapman, que lo consiguió con el Huddersfield Town y Arsenal; Kenny Dalglish, que lo logró con Liverpool y Blackburn; y Brian, con el Derby y el Nottingham. Es decir, él lo hizo con dos equipos pequeños. Sus éxitos llegaron gracias a su personalidad”, concluye Jonathan Wilson.
Esta historia, la del Forest, podría haber consistido en hablar del equipo. De hecho, igual alguno de ustedes lo ha echado de menos. Y también se podría haber hablado de aquellos logros sin retratar a su entrenador, pero no haría justicia. Sin Brian Clough nada hubiera sido posible. Él fue el equipo y el equipo fue él. Al fin y al cabo, como gustaba de decir él mismo: “No digo que fuera el mejor entrenador del mundo, pero siempre ocupé el primer puesto en la lista”. Y poco más se puede añadir.