Nadie del Real Madrid sabía nada: ni Denis Cherysev, ni el Villareal (su anterior club) ni la Federación Española de Fútbol notificaron a ningún empleado del club blanco la suspensión del jugador ruso por haber recibido tres tarjetas amarillas la temporada pasada en Copa del Rey. Y además el club había puesto “especial hincapié, por órdenes de Benítez” en revisar “con gran rigor” posibles sanciones ante la participación de jugadores jóvenes y suplentes habituales en la circunstancial alineación de Cádiz.
Se lo pidió a Miguel Porlán Chendo, el delegado del equipo. ¿Hay entonces alguien responsable en el club por el error del miércoles?, preguntaron numerosos periodistas a Florentino Pérez en la tarde del jueves. “No ha habido ninguna negligencia, ha sido una fatalidad”, respondió invariablemente el mandatario blanco, que reconoció estar “muy disgustado” pero eludió cualquier responsabilidad. “No tenemos precedentes, nunca nos había ocurrido, nadie nos comunicó nada”.
Sólo diez días después de que anunciase una nueva etapa de transparencia y prometiese comparecencias personales para defender al Real Madrid de una “campaña organizada”, el presidente del “club más grande del mundo” (según se autodefinió) se presentó en el Santiago Bernabéu con gesto grave para explicar las conclusiones de la Junta Directiva sobre el ‘caso Cherysev’.
Los argumentos
“La sanción no es efectiva porque nadie notificó personalmente la misma al jugador”, como establece el artículo 41 del Código Disciplinario de la Federación. “Y aunque fuese eficaz, cosa que negamos”, prosiguió Pérez, “debe considerarse automáticamente anulada en aplicación del artículo 112.1 del Código Disciplinario”, según el cual en la Copa del Rey, “al término de la tercera convocatoria, quedarán automáticamente anulados los ciclos vigentes de amonestaciones de todos los intervinientes, iniciándose otro nuevo turno en dieciseisavos de final”.
Respecto al primer punto, la necesidad de notificación personal al jugador sancionado, la directiva madridista sostiene que es un “principio fundamental” y reconocido expresamente por el Tribunal Administrativo del Deporte (según recordó el club) en una resolución del 30 de enero de 2015.
Y sobre la “ineficacia” de una eventual sanción, cabe recordar que la presente es la cuarta ronda de la Copa del Rey, aunque suponga la primera eliminatoria para el Real Madrid, y el resto de equipos de Primera División, que ingresan en la competición en los dieciseisavos de final.
Según el club blanco, es falso que sus oficinas recibieran la habitual circular federativa enviada cada mes de junio a los clubes con el listado de jugadores apercibidos. (Sí, recibieron, en cambio, la de los jugadores del Castilla). El Real Madrid tiene hasta las 12.00 horas de este viernes para presentar las alegaciones, pues a las 14.00 se conocerá la decisión del Comité de Competición sobre la denuncia formulada por el Cádiz.
Florentino Pérez fue vago a la hora de determinar qué persona o departamento es responsable de controlar las sanciones en un club con 581 millones de presupuesto. Habló de la “dirección de fútbol” (división liderada en teoría por Ramón Martínez, ex director de la cantera madridista) y recalcó que “nunca tuvimos un problema hasta ahora”.
Existe un precedente cercano que oscurece el panorama blanco, aunque Pérez mostró su determinación de recurrir “seguro” al Tribunal Administrativo del Deporte una posible expulsión del torneo. En septiembre de este mismo año, el Club Atlético Osasuna quedó eliminado de la Copa del Rey por alineación indebida ante el Mirandés: el conjunto navarro colocó en campo a Unai García, que mantenía una sanción de la temporada anterior. El Mirandés formuló una reclamación y la Federación de Fútbol decidió apartar al club navarro de la competición, tal y como indica el reglamento. El Athletic Club, de hecho, no convocó a Raúl García para su partido copero de este jueves, con intención de evitar una situación parecida.
CRÍTICAS A MANUEL VALLS
Los periodistas franceses presentes en la sala mostraron nulo interés por el esperpento de Cádiz e inquirieron sobre el futuro como técnico de Zinedine Zidane (pregunta recibida con risas en la sala) y el estado de Karim Benzema en medio de su escándalo por el vídeo sexual de Valbuena. Florentino Pérez alabó inmediatamente en su respuesta al ex presidente francés Nicolas Sarkozy, que ha defendido la presunción de inocencia del delantero galo, y criticó indisimuladamente al actual primer ministro francés, el socialista Manuel Valls, quien consideró el martes que un deportista “no ejemplar” no debería jugar con la selección francesa. “Otras personas, y algunas con mucha relevancia, no han estado bien”, afirmó Pérez.
La conclusión fue clara: “Lo de Cherysev ha sido una fatalidad, no tenemos la culpa”. Este viernes se sabrá si comienzan los recursos para evitar que el Madrid, a 6 puntos del Barça en Liga (más un punto por gol average), se quede fuera del segundo torneo nacional por un despiste inexplicable.