Podría haber sido sólo una lesión más de las decenas sufridas por los blancos esta temporada. Nada más lejos de la realidad. La baja de Marcelo era la del jugador que había revolucionado la segunda mitad.Con el contratiempo de su dolencia, el Real Madrid veía como se cerraban las puertas a sacar algo frente al Villarreal. Y quién sabe si las puertas de la Liga. Su imagen, llorando, era la del equipo blanco lamentándose. Una nueva derrota, una nueva lesión, justo el día que volvía a ser titular.
El brasileño fue el gran protagonista de la gran salida blanca de vestuarios. Controlaba el cuero como si de un centrocampista se tratara. Y lo enviaba al área haciendo labores de extremo. Poco importó cuando Bale tuvo que acabar el encuentro como lateral izquierdo.
De las fintas pasó a los sollozos en la que es la tercera lesión que sufre este año. Una dolencia muscular en el en el aductor izquierdo le mantuvo apartado durante cuatro encuentros tras la derrota frente al Barcelona. Disputó 37 minutos ante el Malmö y ante el Villarreal apareció de titular.
Antes, ya había sido baja en la primera derrota del Real Madrid en Sevilla. Había sufrido un pinchazo en los isquiotibiales de su pierna izquierda en el partido de ida de Champions ante el PSG. Se trata de un problema recurrente y de gravedad para los blancos ya que tras la salida de Coentrao no cuentan con nadie que supla al lateral zurdo titular del equipo.
Este año ha sumado 1.207 minutos en los que ha firmado dos goles y ha dado dos pases de gol. Su bagaje ofensivo no está siendo determinante, en la línea general del resto del equipo. De su recuperación dependerán las pocas opciones que le quedan a los blancos para rescatar una Liga que hasta el momento es para olvidar.