El fútbol se ha convertido en una teología redonda. Es mucho más que 22 tipos corriendo detrás de un balón. Dentro de él hay un sinfín de historias, de encantos, de trampas, de maravillas... y de horrores. Se podría decir que es una versión actual de la tragedia griega, del teatro clásico.
Esto es lo que recoge el antropólogo gallego Manuel Mandianes (Ourense, 1942) en su último libro, El fútbol (no) es así, editado por Sotelo Blanco, en el que ofrece respuestas al fenómeno social en que se ha convertido este deporte, abriendo el fútbol para descubrir su fondo, buscando entender porqué se ha convertido en prácticamente una religión.
"El fútbol abarca unos aspectos insospechados, como religiosos, económicos, políticos o morales", comenta el autor, que, para la elaboración de este trabajo, se ha analizado y recabado opiniones de jugadores, entrenadores, presidentes, periodistas y aficionados durante los últimos siete años. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, pero la locura de los seguidores por este deporte sigue vigente. "El fútbol vuelve loco a la gente que ha perdido referencias ideológicas o religiosas. Es la fe de los que no tienen fe", asegura.
El autor reconoce que en nuestros días es imposible zafarse de no oír información futbolística. "Una persona que no sabe de fútbol no es que sea un ignorante, pero sí se está privando de poder participar en el 70% de las conversaciones sociales. El fútbol es una manera de entrar en diálogo con alguien que está cercano a ti".
El poder del fútbol
El uso político que se hace del fútbol, "especialmente por parte de los nacionalistas" ocupa gran parte en el libro. "Es un arma tremenda y terrible en manos de los políticos para manejar y manipular a las masas". El ejemplo más contundente, afirma, es el del FC Barcelona: "A partir de Laporta, todos los presidentes han puesto al Barça en manos de los nacionalistas. Con Núñez intentaron meter la mano, pero éste le dijo a Pujol que de eso nada".
También el clásico Real Madrid-Barcelona, al que se dedica otro capítulo, es una ocasión perfecta para que "los nacionalismos, tanto periféricos como centrales, den rienda suelta a sus sentimientos", comenta Mandianes, que especifica que es el lado culé en el que se intenta hacer un mayor uso político.
La aparición de algunos "personajes oscuros" que se han servido del fútbol para darse a conocer muestra el poder que tiene este deporte, convertido ya en un negocio. "El fútbol te da la oportunidad de que te conozcan en el mundo entero, de dar a conocer tus ideas", asegura, "algo que es impagable", añade.
En el libro se habla también de la corrupción que acecha actualmente al fútbol, y que viene de lejos: "El gran negocio es lo que hay alrededor del fútbol. Basta mirar con lo que es la FIFA o los grandes fichajes que se están haciendo". El ejemplo claro, el Mundial de Qatar, "una cita que en vez de servir para dar a conocer el país, ha servido para conocer la gran corrupción del fútbol".
Pero no todo es malo en el fútbol. Para el autor, el fútbol da la oportunidad de disfrutar, como pocas cosas, con lo que ocurre en el terreno de juego: "Lo que hacen con el balón los grandes jugadores es arte". Un arte, eso sí, amenazado por el aumento de la violencia, "no sólo entre espectadores, sino también entre futbolistas".
"Los futbolistas, los filósofos de nuestros días"
Para Mandianes, otro de los grandes problemas actuales es la idealización de los futbolistas. El fútbol es una religión y los futbolistas se están convirtiendo en dioses para mucha gente: "Son los grandes filósofos de nuestros días", comenta. "Las declaraciones de futbolistas, que son vacías, muchas de ellas sin sentido, se están convirtiendo en referencias morales. Hay que decirle a la gente que los futbolistas no son filósofos".
"Para que el fútbol sea lo que tiene que ser, un deporte, falta que todo salga a la luz", afirma Mandianes, aunque eso no significa que no se pueda hacer negocio "como en cualquier otra disciplina", pero que no haya intereses ocultos ni manos que manden por detrás.
Tras el trabajo de siete años, la conclusión que saca es que "en el fútbol está en todo y todo está en el fútbol". El fútbol ha acabado absorbiendo otras disciplinas, además de que utilización de su vocabulario ayuda a hacerse entender. "Hasta los curas cuando predican en la misa utilizan metáforas futbolísticas", exclama. No es para menos. Acercarse al fútbol, en nuestro tiempo, es acercarse a la gente.