A Piqué nadie le va a cambiar. Es así y así seguirá. Y a falta de polémicas en las que meterse, el central del Barça ha encontrado una manera de desahogarse y dar rienda suelta a su felicidad: el Periscope.
El futbolista catalán se ha aficionado a esta aplicación que permite la transmisión de vídeo en directo. Se conecta con Twitter y en un espacio de corta duración (5-10 minutos), Piqué comparte con sus seguidores cosas que hasta ahora estaban ocultas: vestuarios, viaje en avión... algo a lo que no llegaba la prensa y que tampoco llegaba a la gente.
Piqué hace meses que no se mete en 'charcos'. Él mismo reconoció que mide sus apariciones. "De agosto a diciembre, que nos jugamos menos, me meto en todos los fregados. Luego paro", comentó en una entrevista a 'Papel'. La verdad es que desde diciembre no recurre a lo que más le gusta: ataques al Madrid, coqueteos políticos y férrea defensa (a veces incontrolada) de su Barça.
El nuevo 'jueguete' de Piqué contrasta con la política de discrección que había instaurado el FC Barcelona en los actos y viajes del equipo, acompañado por la tranquilidad que había pedido Luis Enrique en torno al equipo. Todo eso llevó a nuevas medidas, como que los periodistas ya no viajen en el mismo avión del club en los partidos de fuera.
Es por ello que las continuas apariciones de Piqué con Periscope, que arrancaron tras el partido ante el Sevilla, comienzan a molestar en el equipo catalán, sobre todo en su directiva, según informa el Diario Sport. Si en ese partido ante los andaluces más o menos se controló, el siguiente ante el Rayo su Periscope sirvió para atacar a la prensa ("son buena gente pero a veces contestas y cortan y emiten lo que quieren") y el último ante el Eibar, en el viaje de regreso, fue el 'despiporre'.
Ahí Piqué se 'coló' en la conversación de Mascherano con su esposa (algo que molestó al argentino), preguntó a Aleix Vidal qué tal se vivía en el banquillo, jugó al parchís con Busquets, emplazó a Mathieu a simular que se fumaba un cigarro y hasta entrevistó a un despistado Messi, que no sabía que la MSN había alcanzado ya los 100 goles esta temporada. Pepe Costa, miembro del staff técnico, cortó el Periscope tras esto último.
También en el autobús sacó su aplicación Piqué. Fue en el partido ante el Rayo. Y en su coche personal, el primero tras ganar (y marcar) al Sevilla. Y entre Periscopes, la tranquilidad e intimidad que pidieron los jugadores y Luis Enrique, que obligó a que el equipo se separara de la prensa y de los propios aficionados, contrasta con estos nuevos inventos de Piqué.