El último finalista de la Champions frente al único equipo (hay consenso) que sobre el papel podría vencer al Barcelona de Luis Enrique. Un partido que perfectamente podría haber sido la final del campeonato: tras el incierto 2-2 de la ida, la Juve aterriza en Múnich sin el peso del favoritismo, dispuesto a hacer valer su proverbial capacidad competitiva. No en vano, el Bayern le dio una lección magistral de juego y posesión durante la primera hora del partido de ida, en Turín, pero supo remontar hasta empatar el partido y terminar arrinconando a los bávaros en su área.
Guardiola respiraba el martes algo mejor ante la noticia de que Dybala, la nueva perla argentina, no puede viajar a Munich por problemas físicos. Ni siquiera la probable baja de Aarjen Robben (el mejor hombre en la ida) por un resfriado equilibra ligeramente el parte médico del partido: la ‘Vechia Signora’ tampoco podrá contar con otros dos puntales del equipo, como Giorgio Chiellini y Claudio Marchisio, ambos lesionados, y compensará la realidad del primer partido, cuando los alemanes de presentaron en el Juventus Stadium con una defensa inédita, plagada de huecos.
El resultado agridulce de la ida
El conjunto alemán llega a este encuentro tras haber calentado motores con un 5-0 ante el Werder Bremen en la Bundesliga, en un partido en el que Pep Guardiola se dio el lujo de dar descanso a algunos jugadores fundamentales. Pero si algo ha aprendido el técnico en sus años alemanes es que la enorme superioridad en el campeonato doméstico no le garantiza ninguna jerarquía continental. El partido de ida pudo haber dejado patente una diferencia insalvable entre ambas escuadras tras el espléndido rendimiento alemán en los primeros 60 minutos (hizo de la necesidad virtud, ante la ausencia de sus zagueros titulares, y copó la posesión del balón). Sin embargo, el hecho de que los bávaros dilapidasen la victoria tras ir 0-2 por delante permite cierta incertidumbre sobre el resultado final. No suele ser buena idea dejar con vida a equipos italianos en el mundo del deporte.
El resultado sigue siendo bueno por el valor que tienen los goles como visitantes - al Bayern le bastarían un 0-0 o un 1-1 para asegurarse el pase a cuartos de final. Eso, en principio, le permitirá jugar sin precipitación, aunque los jugadores han dejado claro que nadie piensa en un empate. “No somos un equipo que juega al 0-0”, dijo el mediapunta Thomas Müller. En términos parecidos se expresó el capitán Philipp Lahm tras calificar el 2-2 de la idea de “super resultado”: "Somos un equipo que juega hacia adelante y que busca marcar goles y sabemos lo fuertes que somos en el Allianz Arena”.
Pese a que el conjunto italiano fue finalista de la última edición de la máxima competición continental, el teórico favoritismo corresponde al Bayern. El equipo de Guardiola ha ganado sus últimos nueve partidos de la Liga de Campeones en su estadio (36 goles a favor y 4 en contra). En el partido contra el Bremen del pasado fin de semana, Guardiola ensayó una pareja de centrales formada por Joshua Kimmich y Mehdi Benatia, lo que permitió que David Alaba volviera a su posición de lateral izquierdo. Esta fórmula, de repetirse, daría más estatura a los visitantes, que sufrieron notablemente por arriba en la última media hora de Turín. En todo caso, el conjunto bávaro volverá a aplicar su filosofía de mantener la posesión del esférico y a los italianos lejos de su portería.
Buen momento juventino
Los blanquinegros viven el mejor momento de forma de su temporada y llegan a la cita del miércoles con la ilusión de repetir el camino del año pasado. Su mayor preocupación son las bajas: a las tres mencionadas se suma el estado renqueante de Mario Mandzukic (el mejor del equipo en la ida). El entrenador italiano tendrá que reinventar la defensa, pasando de una línea a tres a una a cuatro: por delante del arquero Buffon actuarán muy probablemente Andrea Barzagli y Leonardo Bonucci como centrales, con el suizo Stephan Lichtsteiner y el francés Patrice Evra en las bandas.
Sin Claudio Marchisio, uno de los elementos con mayor personalidad de la plantilla, Allegri apostará por el brasileño Hernanes o Stefano Sturaro, que anotó el 2-2 en el partido de ida tras salir desde el banquillo. El centro del campo será completado por el francés Paul Pogba, el colombiano Juan Cuadrado y el alemán Sami Khedira. En la delantera, Mandzukic (ex del Bayern) estará acompañado por Álvaro Morata si, como parece, Dybala no está en condiciones de jugar.
Para pasar a cuartos, los turineses necesitarán ganar o empatar por más de tres goles. A pesar del difícil reto, todos en Turín creen en la clasificación, según recordó Patrice Evra, convencido de que el Juventus “está al mismo nivel del Bayern Múnich”. “Hay que intentar entrar mejor en el partido y con menos nervios que en la ida. Los equipos considerados fortísimos, como el Bayern, tienen más de 20 titulares y la armonía del equipo marca diferencias”, comentó a su vez Buffon, el legendario guardameta, previendo un choque que llega probablemente antes de tiempo en el calendario para millones de aficionados al fútbol.
Alineaciones probables:
Bayern: Neuer; Lahm, Benatia, Kimmich, Alaba; Xabi Alonso o Thiago, Vidal; Robben, Müller, Costa; y Lewandowski.
Juventus: Buffon; Lichtsteiner, Barzagli, Bonucci, Evra; Cuadrado, Pogba, Hernanes, Khedira; Dybala y Mandzukic.
Árbitro: Jonas Eriksson (SWE)
Campo: Allianz Arena
Hora: 20.45 (19.45 GMT).