Indignación en El Madrigal. El colegiado del partido Villarreal - Barcelona, José María Sánchez Martínez, perdonó una clara expulsión a Gerard Piqué, que le hubiera hecho perderse el partido ante el Real Madrid del próximo 2 de abril.
En el minuto 23, y cuando Gerard Piqué ya tenía una tarjeta amarilla por una acción anterior que no era, el central catalán se tiró al suelo a por el balón, queriendo cortar una jugada de ataque, y utilizó su mano para ello. Como si de un jugador de balonmano se tratara, rebañó el balón con sus manos y hasta lo controló.
El árbitro Sánchez Martínez no expulsó a Piqué y en vez de ello, echó al técnico del Villarreal, Marcelino García Toral. La roja, además de dejar al Barça con diez en El Madrigal, se hubiera perdido el clásico ante el Real Madrid, próximo partido de los culés.
El estadio castellonense, unido al posterior penalti que le pitaron en contra, explotó y empezó a cantar "Manos arriba esto es un atraco". Piqué acabó siendo sustituido en la segunda parte.