Gales e Irlanda del Norte calientan motores en un amistoso con la vista puesta en la Eurocopa. No es el partido con más glamour del panorama futbolístico y no hay nada en juego, pero es un duelo entre participantes de la próxima Eurocopa, algo de lo que el Holanda-Francia no puede presumir.

La última vez que se enfrentaron Gales e Irlanda del Norte fue en 2011 en la Copa de Naciones, un torneo estival en el que la República de Irlanda, Gales, Escocia e Irlanda del Norte se preparaban para las eliminatorias de la Euro 2012; sólo Irlanda cumplió. Cinco años después el panorama es muy distinto, las islas han clasificado a Inglaterra, Irlanda, Irlanda del Norte y Gales para el próximo título continental. Un éxito sorprendente.

El cambio de formato de la Eurocopa, de 16 a 24 participantes, ha facilitado la aparición de muchas sorpresas. Dos de ellas han sido la Gales de Gareth Bale y, sobre todo, Irlanda del Norte. Las Islas cuentan con 4 participantes de 5 posibles, un logro que no se produce desde el Mundial de 1958, donde sólo faltó Irlanda.

Inglaterra domina, el resto se aprovecha

No todo es Inglaterra al otro lado del Canal de la Mancha, aunque lo parezca. La importancia económica y demográfica que ejerce el país (en especial la capital, Londres) deja en un segundo plano al resto de naciones: Escocia, Gales, Irlanda e Irlanda del Norte. Basta la comparación demográfica para darse cuenta de ello. Aunque los kilómetros cuadrados se repartan de manera más equitativa, la población de las islas es inglesa casi en su totalidad (más del 78% de los habitantes de las islas -Gran Bretaña y Eire- son ingleses).

Un protagonismo que se acentúa en los futbolístico. La Eurocopa es la única oportunidad que tienen irlandeses y galeses de sacar pecho ya que a nivel de clubes disputar una fase final de Champions o Europa League se antoja muy complicado. Si comparamos con la Premier, el anglocentrismo es lógico cuando el balón es redondo. De hecho, los clubes más grandes de Gales (Swansea y Cardiff City) llevan años compitiendo bajo la bandera inglesa, lo cual permite sostener proyectos multimillonarios y evolucionar como club.

No sabemos cómo sería la realidad del fútbol galés si Swansea y Cardiff jugaran la Welsh Premier pero actualmente es una de las ligas con peor calificación de la UEFA (51º de las 54 que recoge el organismo europeo) y su asistencia media por partido no llega a mil aficionados. Un panorama similar en ambas Irlandas. Ya no se salvan ni al norte, la tendencia negativa se ha apoderado de Escocia.

Como el contexto no invita al optimismo estas selecciones han vivido ligadas al fútbol inglés y sólo Escocia ha fracasado. Si repasamos los jugadores que han utilizado Irlanda, Gales e Irlanda del Norte para clasificarse apreciamos dos patrones en común: no hay jugadores de las ligas nacionales y todos han confiado en el fútbol inglés dentro de sus limitaciones: el 56% de los irlandeses que han participado en la clasificación militan en la Premier, en Gales esa cifra es el 44% y en Irlanda del Norte sólo un 23%, pero contando divisiones inferiores de Inglaterra llega al 73%. Es decir, el fútbol inglés sustenta el éxito de las islas.

El éxito es participar

Cuatro equipos de cinco posibles en una fase final, algo que británicos e irlandeses no veían desde 1958 y que podrán disfrutar en 2016. No hay sorpresas si contamos las participaciones en fases finales de Mundiales y Eurocopas: Inglaterra lidera la región con 24 presencias de 35 posibles. Le sigue Escocia con diez, aunque sumida en una grave crisis, ya que su liga continúa perdiendo protagonismo y su selección tampoco tiene buenas noticas: Francia 1998 fue su último gran torneo. La nota negativa de un presente feliz.

Gales e Irlanda del Norte están de enhorabuena. Llegar a la fase final es un premio por sí mismo. Han tenido que pasar cuatro décadas para que los galeses puedan apoyar a su combinado nacional en un torneo de envergadura, ésta será su tercera participación importante (Mundial 1958, Eurocopa 1976 y Eurocopa 2016). Para Irlanda del Norte han sido diez años menos de espera, desde el Mundial de México 1986 no alcanzaban la fase de grupos de un torneo grande.

Por eso el amistoso deja una cosa clara, da igual lo que pase, verse las caras pensando en la Eurocopa es un logro inesperado para su fútbol.

Europa tiene nuevas caras

En la historia reciente del fútbol las Eurocopas han sido un cúmulo de sorpresas. La elevada competencia por hacerse con una plaza siempre ha dejado ilustres ausencias -que se lo digan a Países Bajos- y en más de una ocasión el campeón ha roto todos los pronósticos (Dinamarca en 1992 o Grecia en 2004 son los mejores ejemplos). La Eurocopa de 2016 verá muchas caras nuevas, aunque eche de menos a la oranje, la clasificación de Islandia, Albania o Eslovaquia, más las ya comentadas sorpresas galesa y norirlandesa dan color a la cita futbolística más importante del continente. Aunque sí, bajan el nivel respecto a ediciones pasadas.

Selecciones

Si nos atenemos a cómo han llegado los menos habituales vemos un patrón común: apostando por los jugadores de otras ligas. De todas las grandes sorpresas mencionadas sólo Albania (2) y Eslovaquia (4) dieron la oportunidad a jugadores de su fútbol. Es decir, las sorpresas existen pero, a excepción de Albania, todas han basado su columna en jugadores que estamos acostumbrados a ver en las grandes ligas y/o competiciones europeas. La Eurocopa implica a más países, pero podemos afirmar que no a más ligas, al menos de manera significativa.

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