"Si juega así, me da igual que juegue 36 hoyos todos los días". El chiste circuló inmediatamente por las redes sociales después de que Gareth Bale, criticado por saberse que había pasado el último fin de semana jugando al golf y caerse de la lista contra el Villarreal por molestias musculares, fuese el mejor jugador del Madrid en Vallecas y prorrogase con sus dos goles las aspiraciones ligueras del club.
Bale es más dañino con espacios, pero fue el mejor futbolista sobre el campo más corto y estrecho de Primera División. Disparó al poste en el minuto 3, antes de que el Rayo diese el primer mordisco a los blancos, y culminó la reacción merengue en el 80 con un gol propio de la estrella a quien debía reemplazar, Cristiano Ronaldo: aprovechó con voracidad un error local y se plantó imparable en el área rayista para fusilar a Juan Carlos con un tiro cruzado que restableció los parámetros arteriales en un equipo que había sesteado durante media hora, como tantas otras veces. Antes, en el minuto 33, había dado esperanza a millones de hinchas con un remate de cabeza (su nueva especialidad) a la salida de un córner, cuando su equipo perdía 2-0.
El '11' madridista ha tenido un par de parones inoportunos esta temporada, consecuencia de lesiones musculares, pero va camino de completar (con permiso de su sóleo) un año francamente bueno. Lleva 18 goles y 13 asistencias: su mejor registro desde que llegó a la capital española. En sus últimos 15 partidos ligueros ha marcado 11 tantos. Junto a Modric, es el futbolista de la plantilla (sin mencionar a los debutantes Casemiro y Lucas) más reforzado en una campaña que hasta hace tres semanas era perfectamente calificable de lamentable o paupérrima.
El enigma de la banda derecha
El magnífico rendimiento de Bale (jugador que levantó dudas constantes en sus primeros dos años y medio como merengue, hasta diciembre) es más destacable si se tiene en cuenta que sigue pegado a la banda derecha, el carril contrario al que le sirvió para asombrar a Europa en el Tottenham Hostspurs. Ni siquiera la ausencia de Ronaldo, usufructuario del carril izquierdo, le llevó a su ecosistema de origen en Vallecas. Zidane había dicho que "voy a elegir un jugador del perfil de Cristiano Ronaldo para suplirle y jugar en la izquierda”. Es difícil hallar un jugador con un perfil más cercano al del ‘7’ luso que Bale. La afición celebra invariablemente sus contadas apariciones por esa banda. Pero el galés, como buen británico, siempre responde de forma diplomática: la banda derecha y el centro del campo le "encantan".
“Estoy contentísimo con Bale, que ha hecho la diferencia. Hoy necesitábamos de un Bale. Ha jugado muy bien. Contento por él, porque a Gareth le faltaba un poco de tiempo. Aparte de los tantos ha jugado bien, ha hecho ocasiones, físicamente le vi de menos a más… Es muy importante para nosotros que Bale esté bien”. Zidane fue afectuoso en la rueda de prensa posterior al partido (muy aliviado por el triunfo) con un jugador al que prometió "cariño" el mismo día que llegó, alarmado por el hecho de que el 'Expreso de Gales' era el único futbolista contrariado por la salida de un Rafa Benítez que le consideraba el jugador más valioso de la plantilla.
El cabeceador de Europa
No hay nadie que haya marcado más goles de cabeza en las cinco grandes ligas europeas hasta el momento. Los datos de Bale son espectaculares. Pero fue probablemente su actitud en Vallecas, la indudable asunción de galones en ausencia de Ramos, Cristiano o Modric, lo que cautivó a la afición merengue. Las pidió todas, las luchó todas y lideró a sus compañeros. Con actuaciones así, la polémica con su afición al golf será apenas un chascarrillo en una afición asombrada por la resurrección inverosímil del equipo.
La vida parece sonreír a un galés que el año pasado, al concluir su segunda temporada con un fiasco individual y colectivo, no cumplía las colosales expectativas depositadas en él por la directiva (ser, en resumen, el emblema de un equipo cuando se fuese Ronaldo). Según publicó esta semana el diario The Times, el galés es el cuarto deportista británico (o que milite en equipos de las Islas) más rico: 43,6 millones de euros de ingresos anuales. Su partido en Vallecas empieza a justificar la pretensión de que el Real Madrid tiene otro 'crack' de estatura mundial.