Griezmann es un seguro de vida
El Atlético se hace con la victoria ante el Rayo Vallecano (1-0) con un gol del delantero francés. Simeone (suspendido) dejó de inicio a seis titulares en el banquillo (Filipe Luis, Savic, Koke, Saúl, Griezmann y Fernando Torres).
30 abril, 2016 20:10Noticias relacionadas
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Cualquier equipo puede creer o soñar como el Atlético -eso nadie lo impide-, pero es imposible que lo hagan de la misma forma. Y lo es, sencillamente, porque el conjunto del Cholo, además de todos esos atributos intangibles que se le atribuyen (voluntad, fuerza, trabajo…), también es capaz de proponer una idea de juego tan efectiva como fiable. Así lo demostraron, una vez más, contra el Rayo Vallecano (1-0) y con buena parte del equipo suplente sobre el césped. Gracias, como siempre, a un gol de Griezmann, que colocó dentro de la portería la primera pelota que tocó en la segunda mitad, cuando entró al campo, y mantiene a los colchoneros al acecho del Barcelona.
Aun así, el Atlético no hizo su mejor partido esta temporada. Es una certeza que a los grandes -que nos perdone Rummenigge por incluir al Atlético- les cuesta jugar partidos como éstos cuando a la vuelta de la esquina se encuentra la semifinal de la Champions. Eso, que es una realidad, lo sufrió el conjunto rojiblanco, que dispuso sobre el campo un once de circunstancias, con hasta seis titulares en en banquillo (Filipe Luis, Savic, Koke, Saúl, Griezmann y Fernando Torres), más algún que otro que se quedó fuera de la lista. Y en esa tesitura, con la cabeza en otra parte, tuvo que remar contracorriente ante el Rayo, correcto en las formas, pero falto de pegada en los metros finales.
Aun así, cambiar el once no supone modificar los planes en el Atlético. Nunca. Si cabe, el equipo se reafirmó en su idea de juego en el Calderón. Le cedió la pelota al Rayo y se metió atrás, como hará en el Allianz el próximo martes. Y desde allí intentó generar peligro, casi siempre con balones largos hacia Vietto y Correa, de largo el mejor en toda la primera mitad. Pero todos faltos de pegada, escasos de convicción en esos metros finales donde hace falta algo más que voluntad.
Ocurre que todos esos problemas en ataque los solucionó Griezmann en la segunda mitad. El delantero francés, nada más salir al campo, cogió su primer balón, sacó un trallazo al palo derecho de Juan Carlos y lo colocó dentro de la portería. Pero su aportación no quedó ahí, poco tiempo después, en un contraataque, le dejó a Torres una pelota en bandeja para que hiciera el segundo, pero éste la tiró al muñeco.
Hechos los deberes, el Atlético pudo sacar una mayor renta con un disparo de Koke -entró en la segunda mitad para sustituir a Gabi-, pero se conformó con esperar a que pasaran los minutos mientras el Rayo, siempre voluntarioso, se chocaba una y otra vez contra su muro. En cualquier caso, y aunque los rojiblancos no hicieron su mejor partido, da un poco igual. Siguen al acecho del Barcelona y conservan las buenas sensaciones de cara a lo que está por venir, el partido contra el Bayern del martes en la Champions League.