No podrá quejarse Álvaro Arbeloa de su despedida. El lateral blanco jugó su último partido en el Bernabéu, tras anunciar que dejaba el Real Madrid a final de temporada, y el estadio madridista le brindó un adiós a la altura de uno de los grandes jugadores de su historia.
No pasará a la historia Arbeloa por su fútbol, pero sí lo hará por su compromiso y lealtad con el club. Y eso es lo que le gustó siempre al madridismo. El defensa ha sido de los pocos que han sido apoyados por las distintas facciones de la afición blanca. Relacionado con Mourinho, el salmantino no escondió su predilección por el técnico portugués, pero siempre defendió al entrenador del Real Madrid, fuera quien fuera.
Se va con una Copa de Europa (y opción a otra), una Liga (también posible que sean dos), una Supercopa de Europa, un Mundial de Clubes, dos Copas del Rey y una Supercopa de España. Y también con un Mundial y dos Eurocopas, participando en la época dorada del fútbol español.
¿Exagerada despedida?
Uno de los debates de la tarde, tras pasar toda la resaca del partido ante el Valencia, fue si la despedida brindada a Arbeloa fue excesiva. Muchos la compararon con la de Casillas, fría y en rueda de prensa, o la de Raúl, en verano y en el palco de honor. La diferencia que el 'Espartano' anunció su adiós antes de que se acabara la temporada, por lo que podían despedirle en el último partido. Sus antecesores, no.
El homenaje, además de los aplausos cuando salió al campo, se basó en una gran camiseta en el fondo sur, acompañado por el manteo de sus compañeros.
Al final del partido, fue al palco a agradecer a Florentino Pérez y la directiva el apoyo mostrado. Al presidente le dedicó una camiseta con un texto: "Me trajiste tú hace 15 años, cuando te fuíste me fuí contigo y en el 2009 me devolviste a mi casa. Agradecido de por vida"
"Muchas gracias. No sé como expresar tanto agradecimiento. A partir de ahora seré uno de ellos", decía sobre la afición. "Ha sido un orgullo vestir esta camiseta. Es lo mejor que le puede pasar a cualquier profesional. Cada segundo que he pasado en este césped ha sido lo mejor de mi vida", añadió Arbeloa.
Y así acabó Arbeloa. Como un aficionado más del Real Madrid, cantando con la grada. Porque la mejor definición que se puede hacer de Álvaro es esa: madridista.
Piqué, su rival más mediático, también se despidió de Arbeloa, sin esta vez salirse del tiesto. "Le deseo lo mejor. Ha tenido una gran carrera y si lo han despedido así será que lo ha merecido", comentó el central catalán.