Manchester no se quita a Ferguson de la cabeza, pero ya tiene a un nuevo inquilino para su banquillo, José Mourinho, que ha firmado por tres temporadas con el United. Pero eso no quiere decir que la sombra de Sir Alex no siga presente. El hecho de que esta temporada hayan dado su nombre a uno de los laterales del estadio no es más que un reflejo de un club huérfano de su padre espiritual. Ferguson es irrepetible, no sólo por lo sobresaliente e inigualable de su carrera, también porque estaba en otra época. Una etapa gloriosa que tardó más de tres temporadas en ganar un título con el United y que tuvo que ver carteles en su estadio de “Tres años de excusas y esto todavía es una basura” pero fue respaldado por la directiva.
Ahora el crédito es menor y el corto plazo lo explica todo. Tras él llegó Moyes quien firmó por seis años haciendo uso de tópicos como que en Inglaterra “se da más tiempo a los entrenadores”. Sí. Nueve meses duró. Después van Gaal firmó por tres campañas y en su carta de despedida admitía que esperaba cumplir los tres años que firmó. Agarrarse a las fechas de los contratos en el fútbol actual es anacrónico y poco realista, sólo sirve para ganar más o menos finiquito.
Old Trafford necesita algo bueno y rápido que pueda competir con el City desde la primera jornada y, para eso, Mourinho es el mejor entrenador. Un especialista en agarrar a plantillas alejadas de la élite y convencerles de que son estrellas que deben ganar. Su Oporto, su Inter, el Chelsea en dos ocasiones y, en menor medida, el Real Madrid fueron proyectos alejados del nivel de los grandes cuando llegó Mourinho y acabaron pensando que tenían que ganar a todos. Eso necesita el United, volver a reconocerse como grande, volver a sentirse el equipo de Inglaterra. La única forma de contrarrestrar la llegada de Guardiola es firmar al luso.
Aunque no podemos olvidar que Mourinho llega de ser el peor Mourinho, de demostrar de nuevo que el largo plazo es insostenible con él y no supo cambiar las cosas cuando su Chelsea empezó a ir mal sino que su inmovilismo le hizo apostar al caballo perdedor. Es un momento en el que Mourinho debe reconstruir a un grande y reencontrarse desde un perfil más bajo (un equipo de Europa League, el primero en su carrera desde 2003). El portugués debe demostrar en el United que su gestión del vestuario es capaz de soportar más de dos años y medio sin revoluciones, que sabe acertar en los fichajes (donde se hundió su último proyecto) y que puede aprovechar lo bueno de la cantera, todavía sin referencias en su historial.
Qué debe hacer Mourinho
El United que hereda tiene las mismas cuestiones fundamentales que cuando llegó Louis van Gaal, en parte, porque el club se mal acostumbró con Ferguson, se toma como listón lo que hizo el escocés y ese es el mayor error. Quién puede hacer de Ferdinand-Vidic; qué centrocampista puede llenar el vacío de Scholes; qué es y dónde Wayne Rooney; quién es la estrella del proyecto. La figura de Mourinho al menos resuelve la última duda, su carisma sigue intacto a pesar de su última campaña.
¿Cómo reconstruir en el contexto Premier? La temporada que viene Guardiola, Klopp, Conte, Wenger, Pochettino y, ahora, Mourinho aspiran a los puestos de cabeza. Si algo nos ha enseñado Ranieri es que en la Premier actual asegurar el 0 en tu portería es el camino más sencillo hacia la victoria. El United de este año tiene buenos registros defensivos porque su sistema hacía que el equipo se juntara muy atrás y porque De Gea ha parado todo lo que podía. ¿Qué tiene Mourinho para empezar? Poco en lo colectivo, algo más en lo individual.
En los laterales el lesionado Shaw puede ser la única pieza fija pero hay que corregirle muchos defectos. En la derecha ni Darmian, ni Valencia, ni Young parecen del perfil del luso. Un puesto en el que el técnico ha utilizado a especialistas defensivos como Paulo Ferreira, Ivanovic o Arbeloa. Parece uno de los huecos a cubrir. En el eje de la zaga los centrales dejan dudas: Smalling ha rendido bien pero no es un líder y Blind no se ha adaptado a la posición, así que igual es tiempo de reubicarle. Una plantilla corta en defensa, hay poco y no demasiado bueno. Se esperan varias llegadas y puede que con polivalencia para dar más opciones.
En el medio el fracaso de Schweinsteiger, la salida de Carrick y el sinsentido de Fellaini deja a Ander Herrera y Morgan Schneiderlin para empezar a construir. Son buenos cimientos pero escasos para una plantilla, además de que ninguno podría aportar llegada al área. ¿Puede jugar Rooney ahí? Este año ha sido delantero, mediapunta y mediocentro. El año pasado además también extremo. Lo más probable es que Rooney acabe en la mediapunta.
En la derecha estaban alternándose Mata o Jesse Lingard pero, si sale el primero, el canterano parece más una opción de banquillo que un pilar. Polivalente, rápido y de buen disparo; candidato a ser su nuevo Callejón o Schürrle. En la izquierda el propietario de la banda es Martial, quien debería jugar más cerca del área, el nombre propio que liderará el futuro del proyecto. Depay también puede aportar mucho pero tras ser excluido de la final de FA Cup y negarse a viajar con sus compañeros su futuro está en el aire, aunque por potencial es de lo más valioso de la plantilla. Mourinho deberá reconducirle.
Arriba está la sensación inglesa, Marcus Rashford. El canterano salvó a Louis van Gaal hace meses. Sus 7 goles en 14 disparos son una cifra que vale oro para un equipo con apenas creaba peligro. En cualquier caso no parece el perfil para liderar el ataque de este proyecto sabiendo que Mourinho no es el entrenador que más responsabilidades da a los canteranos. Buen recurso para seguir en la plantilla pero su suplencia puede ser un punto comprometido de los primeros meses del portugués. Muchas son las fuentes que señalan a Ibrahimovic como primer refuerzo. El sueco podría encajar como delantero juntándose con Rooney en la frontal y con dos bandas muy verticales –perfil idóneo para Martial y Depay-. Tocará sacar la chequera, otra vez, en todas las líneas.
Acertar con las apuestas
La mayor parte de culpa del despido de Louis van Gaal la tienen sus fichajes: apostó fuerte por Di María, duró 12 meses; por Falcao, ni siquiera tuvo influencia real; Schweinsteiger, ni está ni se le espera; Depay, acabó siendo descartado de la final de FA; y luego otros nombres como Martial que tuvieron que brillar desde posiciones donde no están acostumbrados. Un gasto de 340 millones en dos temporadas sin éxito.
El problema es que Mourinho tampoco ha demostrado mucho más acierto en sus últimos años. Cuando intentó cambiar el plan este año con el Chelsea se dio cuenta que su plantilla tenía pocas opciones y sus fichajes no fueron acertados: Pedro en baja forma, Baba, Kenedy, ¡Falcao!... Y si repasamos los años anteriores la cosa no mejora: Remy, Cuadrado, el papel de Filipe Luis, Salah, las salidas de De Bruyne y Lukaku,… Todo el acierto que le ha faltado los últimos años debe llegar ahora.
El legado que deja van Gaal se resume en la cantera: 14 jugadores del filial que han debutado con él. Algunos como Fosu-Mensah, Borthwick-Jackson y, en especial, Marcus Rashford han rendido. Louis van Gaal es único para sacar talento donde el resto no lo ve pero la trayectoria de Mourinho no ha demostrado demasiada paciencia con los canteranos. Algo que en el United tiene un valor especial, desde octubre de 1937 el United ha jugado todos sus partidos con al menos un canterano titular. Otro aspecto al que debe amoldarse un Mourinho en el momento más dubitativo de su carrera pero que parece el ideal para levantar a un grande lo antes posible, para crear una identidad y dotar de carácter y ambición.