El viento, con rachas de hasta 180 km/h de intensidad, ha destrozado unos 40 metros de una de las cubiertas del estadio de Balaídos. Una superficie que, precisamente, a causa del viento no puede arreglarse antes del encuentro de este domingo entre Celta de Vigo y Real Madrid (20.45), por lo que el ayuntamiento de la ciudad, propietario del estadio, ha decidido que no se dispute el mismo, aunque el conjunto blanco sí quiere jugar.
Desde el club de Chamartín han hecho una propuesta a la LFP, al Celta y al propio ayuntamiento de Vigo que contempla la disputa del encuentro con la condición de que la zona afectada esté cerrada al público. De hecho, según informa el diario Marca, el conjunto que preside Florentino Pérez habría incluso propuesto la posibilidad de disputar el encuentro en otro estadio -tal vez el San Lázaro de Compostela o el Anxo Carro de Lugo-.
El aplazamiento del encuentro supondría un problema para el conjunto blanco. No sólo por ser el segundo partido pendiente que tendrá el equipo de Zinedine Zidane (el Valencia-Real Madrid se aplazó por la disputa del Mundial de clubes) sino porque situaría el calendario en el centro de la polémica, pues a menos que el Madrid o el Celta cayesen eliminado en la Liga de Campeones no habría fechas hábiles para jugar el encuentro.