En enero de 2016, Zidane se encontró un Real Madrid en un estado físico y anímico bajo, que no se adaptaba a la exigencia de la alta competición. Se había trabajado mal con los entrenadores anteriores, por eso el principal objetivo que tenía el técnico francés era recuperar el mejor nivel de la excelente plantilla que tenía.
Malos resultados como el 0-4 frente al Barcelona (con Benítez) o el final de la campaña anterior (con Ancelotti) movilizó a la directiva madridista para cerrar esos problemas. El despido del técnico italiano fue argumentado principalmente por esta razón. Tras el fiasco de Benítez, Zidane era una última esperanza para recuperar el espíritu competitivo y una buena forma física.
El técnico francés sacó cosas buenas de la mala situación del club blanco. Tras quedarse sin Copa, el conjunto blanco solo tuvo un partido por semana, tiempo suficiente para diseñar una minipretemporada. Introdujo el clásico sistema de dar vueltas al campo, que él comandaba, antes de tocar balón.
El descubrimiento de Pintus
El galo decidió que no se iba a quedar de brazos cruzados. Necesitaba más y por eso se rodeó de Antonio Pintus. Ambos coincidieron en la etapa en la que Zidane era jugador de la Juventus, en la que Pintus ya era el preparador físico. Los métodos del italiano le encantaban al astro francés. El único problema que existía era que Pintus acababa de firmar un contrato con el Olympique de Lyon, algo solucionado al ofrecerle el Madrid un contrato de duración indefinida.
En cuanto llegó a la capital española, Pintus se puso manos a la obra con Zidane. Lo que todavía no sabían es los éxitos que les iba a traer su buena planificación. La clave estaba en realizar una pretemporada muy exigente, en la que la palabra trabajo no se quedara corta en Valdebebas.
Reconstruir un equipo nunca fue fácil y este caso no lo iba a ser menos. Todo requiere su trabajo. Pintus apostó mucho por el trabajo físico de base con muchas carreras de diferentes tipos. Algunos miembros de la plantilla, incluso pilares como Marcelo, sentían aburrimiento con los nuevos métodos. Pero este preparador lo tenía todo calculado. Convencer a sus jugadores también era una de sus especialidades.
Pintus consiguió hacer disfrutar a sus jugadores en el terreno de juego y ese mismo año el Real Madrid se alzó con su Undécima Copa de Europa. Fue la mejor manera en la que todos avalaran 'el método Pintus'.
La pretemporada blanca
“Caña, caña y más caña”. Antonio Pintus es uno de los responsables de que la plantilla blanca acabara como una moto y se alzara con la Liga y la Champions la pasada temporada. El hombre milagro ya trabaja con sus jugadores para repetir hazaña y ponerles en plena forma de cara a la Supercopa de Europa (9 de agosto) y la Supercopa de España (13 y 16 de agosto), los dos primeros títulos por los que luchara el Madrid esta temporada.
Tras la sesión del pasado domingo en UCLA, Pintus dio algunas claves sobre los métodos de trabajo y el plan que tiene preparado para esta pretemporada: "Esta primera semana estamos trabajando la resistencia y ya la semana que viene empezaremos a hacer cosas más rápidas", aseguró. Además aprovechó para confirmar que está muy contento con sus jugadores y estos están “acostumbrados” a este tipo de entrenamientos.
Él es el primero que predica con el ejemplo. Corre 20 kilómetros habitualmente y pasa tiempo levantando pesas en el gimnasio. "Es importante que ellos (los jugadores) me vean trabajar", concluía.
De las papillas de Caparrós al mediático 'Profe' Ortega
Otros ejemplo de relevancia de un preparador físico es el 'profe' Ortega, hombre de confianza de Simeone. Él es una figura esencial en los triunfos que ha cosechado el Atlético de Madrid en los últimos años y el que dio a conocer esta figura hasta hace muy poco desconocida para el gran público.
Igual de eficiente fue el famoso 'método de la papilla' que se utilizó durante la pretemporada de 2008 en Athletic Club de Joaquín Caparros. El endocrinólogo andaluz Antonio Escribano se puso al servicio del club para poner sobre la mesa los conocimientos médicos que le han hecho famoso por sus papillas.
La figura del preparador físico es cada vez más importante en unos equipos que afrontan temporadas de 10 meses y cuyo tramo final es el decisivo. De nada sirve estar bien en noviembre si se cae en abril.
El futuro más próximo del Real Madrid pasa por el trabajo que se realice en esta pretemporada, en la que se ha vuelto a relanzar la figura de Antonio Pintus, mano derecha de Zinadine Zidane y pieza clave en los éxitos madridistas.