Villar y Padrón, enemigos íntimos: "Al presi le importa 3 cojones la Federación"
El auto de prisión de los Villar, repleto de escuchas ordenadas por el juez, es un documento impagable sobre la realidad diaria de los dirigentes de la Federación. La relación entre presidente y vicepresidente estaba deterioradísima: "Le dije, tú por 100 euros eres capaz de lo que sea, y yo sé lo que estoy diciendo… Y por 100 millones de la española te da lo mismo”.
21 julio, 2017 03:47Noticias relacionadas
El auto firmado por el juez Pedraz, entre otras muchas cosas, desvela algo que sólo conocía la gente que vive del fútbol: la mala relación entre los dos hombres que rigieron durante tres décadas el balompié español (presidente y vicepresidente económico). El documento presenta diversos extractos de escuchas telefónicas que atestiguan el deterioro de un vínculo sin el que no se entiende la historia reciente del fútbol patrio. Algunos de ellos producen una mezcla de risa y pena:
- En un momento dado, cuando el exseleccionador Javier Clemente le cuenta a Juan Padrón que Juan Luis Larrea (tesorero de la Federación) está preocupado por tener que pagar 300.000 euros a la Federación Cántabra de Fútbol para unos campos de fútbol que nunca serían de la federación, sino del Ayuntamiento de Santander, Padrón responde que Villar no va "sino a lo de él"; que le importa “tres cojones” la Federación.
En otra conversación, cuando Padrón alega que le planteó un problema laboral y su solución a Villar, dice que el presidente no le permitió que se ocupase de la estructura de personal. El asunto en cuestión es que Villar había concebido una estrategia para que la secretaria general de la RFEF, Esther Gascón, percibiese 300.000 euros como indemnización por despido para posteriormente ser nuevamente contratada. El 5 de mayo de 2017, Padrón le dijo al secretario de la Federación de Tenerife, Ramón Hernández Baussou (con ingreso en prisión eludible bajo fianza de 100.000 euros) lo siguiente:
- Padrón:“No… Consigue que yo haga lo que él quiere y quiere tener a uno para él manejarlo y firmar escritos o lo que sea… Lo que pretende es liquidarle la antigüedad de lo que tiene, trescientos mil euros, y luego no, hacerle el contrato al secretario. ¿Pero esto qué es?
- Baussou: ¡Coño!
- Padrón: Ya lo tenían de hecho hablado todo, y el contrato con el abogado y todo… ¡Lo que estás oyendo! De acuerdo con el presidente, y todo hecho, para firmarlo ayer antes de que se fuera… ¡Trescientos mil euros! Y luego lo que sigue ganando actualmente… Me llama el presidente, subimos, y empezó a plantearme esto y tal…
- Baussou: Ya con to, con todo hecho… ¿no?
- Padrón: ¿Cómo? Le pegué cuatro puñetazos sobre la mesa… ¡Ya metimos la pata una vez!… ¡Conmigo no…! Ni hablar, ¿qué es esto? ¡Como si fueran trescientas pesetas!
- Baussou: Trescientos mil euros… ¡Mi madre querida!
- Padrón: Liquidación del tiempo que lleva allí, y luego, e, e, e, el cargo nuevo con todo…"
- Aunque no se recogen palabras hirientes de Ángel María Villar sobre su vicepresidente económico, de una conversación registrada en mayo entre Gorka Villar y la secretaria de la fundación, Esther Gascón, cabe deducir la temperatura gélida de una amistad perdida.
Gascón le dice a Gorka Villar: "No sé si te comentó el presidente, que el viernes me dijo que no había firmado mi contrato, que Juan Padrón había dicho que no lo firmaba… Que de eso no quería saber nada, que aquí solo queríamos dinero...". Gorka Villar le respondió: "Eh... Esther, Esther... Te pido que no hablemos de eso por teléfono… No hablemos de esto por teléfono, no, no, no, no, no, no… Ese Juan Padrón es... Juan Padrón es historia". Gascón replica: "Me ponéis en la
tesitura entonces, mira, de marcharme ahora, se acabó, se acabó". "Juan Padrón es historia", repite Villar júnior, "yo a mi padre no le voy a permitir, vamos... Me voy a encabronar con él seriamente, si Juan Padrón dentro de 15 días no está fuera. A mí Juan Padrón lo que diga me da lo mismo porque en 15 días no va
a estar más".
- Días después, Juan Padrón informaba a Marcelino Maté, vicepresidente federativo, que “…están esquilmando, intentando todos, sin excepción, mamarse el dinero del fútbol… Y han pretendido una jugada ahora, que es tan grave, es tan grave, es tan grave, que sólo son 300.000 euros ¡Eh! 300.000 euros ¿Sabes eso o no?”. Maté responde escuetamente: “No”. Padrón insiste: “Hombre, pues lo que han ideado ahora... Me viene el 4 por la noche: no, porque tal, porque Esther si se marcha… Y digo: si ya no hay elecciones, si Jorge no está no hay posibilidad de que entre, ¿no? Para que la eche, y tal, no, pero claro, están con el abogado para liquidarle. ¿Y cómo liquidarle? Sí, no, son 300.000 euros, y digo: ¿qué? Liquidarle ahora y luego se le hace un contrato nuevo con lo que tiene, doscientos y pico mil, y digo: ¿Pero esto qué es, Ángel?”. Maté pregunta: “¿Pero liquidar a quién, al presi?”. “¡No, a Esther! ¡Con 300.000 euros y luego se le hacía el contrato de doscientos y pico mil que tiene! Digo: ¿Pero qué es esto? ¡Tú sabes que gana doscientos y pico mil euros! ¡Y ahora quieres que se le den quinientos mil a cuenta del tiempo que lleva y luego hacerle un contrato por… ¿Pero esto qué es, Marcelino? ¿No te parece más que una locura? ¡Estaba hecho!, y me llamó a mí que estaba en el garaje para decirme que estaba hecho, y le dije: 'no Ángel, no…'"
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En algunas otras comunicaciones, el investigado Padrón muestra su enfado con Villar a sus interlocutores, criticando en general su manera de conducirse, despreocupación e indiferencia por el patrimonio de la RFEF. Estos, que suelen ser directivos de la RFEF, asienten:
- El 31 de mayo le refiere a un tal José Luis que los despilfarros han sido en los dos últimos años, y en otra llamada de la misma fecha (en esta ocasión a Juan Luis Larrea, tesorero de la RFEF), Padrón se los empieza a numerar: “Juan Luis... Es que un millón setecientos treinta y dos mil de la carpa... Un millón y medio de Haití... Eh, setecientos de los bonus de éste. Un millón de dos años de sueldo... Los quinientos de éste... Eso se monta solo en cinco millones [...] Juan Luis, menos seis millones de Iberdrola, ya me dirás dónde estamos, Juan Luis… Pero afortunadamente, tú como tesorero y yo como vicepresidente económico, tenemos, porque lo hice en su día, algún documento que nos protegerá de que digan que nadie sabe nada y de que es cosa tuya y mía”.
Como se puede comprobar, estas conversaciones poco edificantes reflejan una relación muy deteriorada entre dos personas con mucho poder en el mundo del fútbol que hoy duermen en la prisión madrileña de Soto del Real.