A la espera de Dembélé y Coutinho, el Barcelona ha cerrado al brasileño Paulinho como su cuarta incorporación de este verano, tras los fichajes de Nelson Semedo y Marlon Santos (este último la temporada pasada cedido con opción de compra) y la recompra de Gerard Deulofeu.
Paulinho, de 29 años, jugaba en el fútbol chino y llega al Camp Nou por unos 40 millones de euros, el precio de la cláusula, aunque Barcelona y Guangzhou Evergrande, conjunto del que proviene el brasileño, llegaron a un acuerdo y el fichaje se hace de manera pactada, sin recurrir al pago unilateral de la cláusula. Paulinho cobrará 5 millones de euros al año, dos menos de los que recibía en China, y firma por cuatro temporadas, hasta 2021.
El brasileño, que se dio a conocer en el Corinthians, equipo con el que ganó la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes en 2012, ya jugó durante dos años en Europa, al militar en el Tottenham inglés desde 2013 a 2015. Hace dos años se fue al fútbol chino, jugando en el mejor equipo del país, el Guangzhou Evergrande, que ha ganado las últimas seis Ligas. Allí Paulinho estuvo a las órdenes de Luiz Felipe Scolari en los dos años que ha jugado.
El fichaje de Paulinho, que se vio involucrado en una polémica con una actriz porno en China, resulta sorprendente por tres aspectos. El primero, por la cantidad que se paga por un jugador que milita en China, una Liga a la que los jugadores de primer o segundo nivel se van a ganar dinero, descendiendo su caché futbolístico. Aunque las cantidades que se manejan actualmente en el mercado son altas, 40 millones de euros por un futbolista que proviene de la liga china resulta un precio muy elevado.
La segunda de las controversias radica también en el precio acordado. Después de un mes de negociación, el Barcelona, ya con los 222 millones de euros del fichaje de Neymar en su poder, paga el precio de la cláusula por Paulinho, incapaz de rebajar la cantidad por la que ficha al brasileño y en una operación, que visto su final, podría haber realizado hace muchas semanas.
Por último, la edad de Paulinho, ya con 29 años, resulta raro en una plantilla con una media de edad alta y que debería comenzar a pensar en una reestructuración de su equipo, algo que si traerían Coutinho (25 años) y Dembélé (20). Paulinho, al borde de la treintena, refuerza un centro del campo en el que es un perfil que actualmente no tiene el FC Barcelona, ya que no es un jugador como Busquets pero tampoco como Iniesta o Rakitic.
La duda es si será capaz de mejorar a lo que ya tiene y si tendrá un hueco, aunque bien le vendría al Barça tener un banquillo más amplio el que de años pasados.