Arsene Wenger ya dejó clara la premisa que debía cumplirse para que el gran culebrón del mercado invernal de fichajes futbolísticos quedase finiquitado: "El fichaje de Alexis (Sánchez) sólo se producirá si Mkhitaryan viene". Dicho y hecho. El delantero chileno ya es jugador del Manchester United a todos los efectos y el centrocampista armenio llega al Arsenal para ocupar su lugar.
Tan sólo faltaba que dos de los clubes más potentes de la Premier League lo coordinasen todo para que el cambio de cromos soñado se produjera. En cuestión de horas, José Mourinho ha conseguido al crack con el que quería reforzar su ataque, que deja Londres después de tres temporadas y media.
Meses antes de terminar contrato en el Arsenal, Alexis aterriza en su nuevo equipo con idénticos galones de estrella (o superiores) a los que tenía en la capital: se dice que cobrará 22,5 millones anuales durante las cuatro campañas por las que firmará. El ex del Barça ha marcado siete goles en los 19 partidos ligueros que ha disputado este curso. El objetivo es volver a moverse en cifras como las de la temporada pasada, en la que se apuntó hasta 24 tantos en Premier para ser, de forma indiscutible, la referencia ofensiva del Arsenal.
Por otro lado, su ya exequipo se ha hecho con el que hasta ahora era uno de los nombres propios, precisamente, del United. Henrikh Mkhitaryan, que se hizo célebre en el Borussia Dortmund de Klopp, llevaba desde 2016 en el United. Ahora, el Arsenal ha aceptado sus condiciones para cambiar de aires y ha sido el jugador elegido para entrar en el traspaso de Alexis, en una operación que no ha supuesto desembolso alguno para los equipos involucrados.
Tras perder protagonismo en los últimos meses, Mkhitaryan ha encontrado un nuevo destino más que apetecible. No será fácil sustituir al hasta ahora jugador franquicia del conjunto londinense, pero ha aceptado el reto. Tanto Wenger como Mourinho no pueden estar más satisfechos con la jugada maestra de sus clubes: los dos tienen lo que querían y, de paso, la Premier se ha topado con una vuelta de tuerca más que interesante en dos de sus equipos de referencia. Habrá que seguir de cerca las consecuencias, desde luego.