Luis Figo ya tiene 'heredero'. Desde que en el año 2000 el jugador portugués protagonizara uno de los fichajes más sonados del fútbol español, pasando del Barcelona al Real Madrid con el 'clausulazo', nunca había habido un caso en el que un futbolista fichara por el eterno rival del equipo en el que estaba previo pago de cláusula.
Iñigo Martínez ha fichado este martes por el Athletic Club después de que el equipo de Bilbao haya pagado a la Real Sociedad la cláusula del jugador: 32 millones de euros. En realidad, porque así lo dice el reglamento, es el jugador el que abona esa cantidad, lógicamente puesta por el club y no por el futbolista.
Sin que llegue al punto que alcanzó la marcha de Figo del Camp Nou al Bernabéu, el cambio de Anoeta por San Mamés de Iñigo Martínez amenaza con revivir, en términos negativos, la mayor rivalidad que existe en el País Vasco y una de las más tradicionales del español, un duelo que en los últimos años se había ido tranquilizando.
Pero la marcha de Iñigo Martínez a Bilbao es todavía más polémica, y más dura para los donostiarras, por dos razones. La primera, por la figura que era en la Real el defensor de Ondárroa. Martínez es canterano de los txuri-urdin, así como era uno de los capitanes actuales. Y se va al eterno rival faltando solo dos días para el cierre del mercado (la Real ahora tiene que improvisar y buscar un central) y en un momento crítico del equipo de San Sebastián, que vive su peor momentos en años tras una grave crisis de resultados: solo una victoria de los últimos 11 partidos, eliminado en Copa por un 2ªB (Lleida) y a seis puntos del descenso.
La segunda, por la hemeroteca. A Iñigo Martínez le condena su pasado. "Nunca me iría al otro bando, para nada, estoy muy tranquilo", aseguraba el ya jugador rojiblanco en 2014. "No creo que el Athletic venga aquí dándole al enemigo 30 millones", añadía entonces. No han sido 30, sino 32.
El Athletic ha reaccionado así después de que el Manchester City hiciera lo mismo que ellos hacen ahora. El equipo de Guardiola les 'quitó' a Aymeric Laporte pagando la cláusula (65 millones de euros) y el club presidido por Josu Urrutia reaccionó rápidamente mirando al equipo más cercano.
Se da el curioso caso que Iñigo Martínez puedo fichar este último verano por el Barcelona. Fue el defensa que pidió Ernesto Valverde, pero la presencia de Mascherano taponó el fichaje del central vasco y el Barça finalmente no pagó la cláusula. Se interpretó entonces también como una prueba de amor de Martínez por la Real, que prefirió seguir en Anoeta antes que irse al Barcelona.
Seis meses después, Mascherano ya no está en el Barcelona, que no volvió a intentar el fichaje del vasco y se decidió por Yerry Mina y es Iñigo Martínez el que traiciona al equipo de toda su vida, también a su propio discurso, para irse al Athletic, el eterno rival de la Real Sociedad.
"Quiero dar las gracias al Athletic por todo lo que ha hecho estos días. Me han transmitido que apostaban fuerte por mí y eso me ha hecho dar el paso. No ha sido fácil cambiar de aires pero creo que era lo que había que hacer", comentó Iñigo Martínez en su presentación con el Athletic en San Mamés.