Es posible que lo ocurrido el domingo pasado en el encuentro de Liga Nacional juvenil que disputaron Onda y Castellón sea una de las situaciones más curiosas que se han dado últimamente en el fútbol. Corría el minuto 12 de partido cuando el árbitro decidió parar el juego. ¿Motivo? El fuerte olor a porro que llegaba al campo procedente de la grada de Preferencia del estadio.
Tanto los jugadores como el linier, quien avisó al colegiado principal, se percataron de que algunos espectadores estaban consumiendo drogas en la tribuna. Era un grupo de tres o cuatro aficionados, según informa el diario Levante, y el olor se notaba especialmente en el centro del campo.
Cuando el delegado de campo tuvo conocimiento de la situación, le pidió a un operario de La Serratella (estadio del Onda) que actuase en consecuencia: había que avisar a los espectadores correspondientes de que apagasen sus porros, ya que el humo y el olor tan sólo perjudicaban a los futbolistas.
Dos minutos después de la interrupción, todo quedó solucionado y el partido pudo reanudarse sin mayor inconveniente. Como no había seguridad de ningún tipo en el recinto, los infractores (porque consumir drogas está prohibido en los espacios deportivos) se libraron de una multa segura.
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