Mucho tiempo ha pasado desde que David Silva se ausentase por primera vez de un encuentro del Manchester City alegando motivos personales. Aquel día, concretamente el 1 de enero de 2018, Pep Guardiola anunció en rueda de prensa que el jugador canario sólo volvería a jugar con el conjunto citizen "cuando esté listo". Los rumores corrieron como la pólvora y al poco tiempo era el propio jugador quien informaba de aquellos problemas: su hijo había nacido antes de tiempo y aquello conllevaba una serie de complicaciones que hoy, 15 de mayo, cuatro meses y medio después, han desaparecido de un plumazo.
Con un simple tuit en el que el centrocampista canario agradece a todo el equipo del Hospital Casa de Salud de Valencia por su profesionalidad y trato, el de Arguineguin ha informado de que por fin le han dado el alta a su pequeño. "¡Por fin nos vamos a casa!". Así de sencillo. Así de complicado durante tanto tiempo.
De hecho, fue complicado desde el principio, pues fueron muchos los rumores malintencionados que situaban el foco del problema en el lugar equivocado, donde nunca debería estar. Silva salió al paso el 3 de enero de 2018 y confirmó el nacimiento "de forma prematura extrema" de su hijo en un breve comunicado a través también de su cuenta personal en Twitter.
Aquel comunicado fue el principio de una etapa de tranquilidad mediática, pero no médica, pues aquella ausencia con el City en la última jornada de 2017 no sería la única. A los pocos meses, ya en marzo, el centrocampista canario tuvo que abandonar una concentración de la selección española. Fue después del empate frente a Alemania (1-1 en Düsseldorf) y justo un par de días antes de que España endosase un sonrojante 6-1 a Argentina en el Wanda Metropolitano.
Una vez más se argumentaron motivos personales, pero esta vez todos sabían cuál era problema. Un problema que, por suerte, parece solucionado definitivamente, pues este 15 de mayo de 2018, el jugador, que hace apenas unas semanas se proclamó campeón de la Premier League con el Manchester City que entrena Pep Guardiola ha encontrado por fin la tranquilidad familiar. Mateo, que así se llama su pequeño, ya duerme en casa. Al fin todo vuelve a estar en su sitio.