A Luis Manuel Rubiales Béjar (Las Palmas de Gran Canaria, 1977) se le conoció siempre con el apodo de 'pundonor' en su larga etapa de futbolista, de 1991 a 2009, un mote que le vino perfecto para lo que siempre ha sido este canario de nacimiento pero motrileño de alma y corazón. Ya fue con la camiseta puesta cuando se vio al Luis Rubiales que se pondría después la corbata.
Rubiales se convierte en el vigesimocuarto presidente de la Real Federación Española de Fútbol después de dar un vuelco a las previsiones. No se esperaba que el exfutbolista de Guadix, Mallorca B, Lleida, Xerez, Levante y Alicante alcanzara la presidencia en una Asamblea que parecía tener controlada Juan Luis Larrea, el eterno tesorero de Ángel María Villar y perdedor ante Rubiales de estas elecciones que este jueves se han celebrado y que llevaban aplazadas desde el 16 de enero y fueron suspendidas el 9 de abril. Y mucho menos con la claridad con la que ha logrado la victoria, en la primera votación, por 80 votos a 56, con uno en blanco y dos ausencias.
Presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) desde 2010 hasta noviembre de 2017, cuando dimitió para dar el salto a la RFEF, Luis Rubiales accede al cargo con el calificativo de 'delfín' de Villar, un apelativo que le perseguirá siempre, del que no rehuye (tampoco se vanagloria) y que ahora puede ser una tara pero que él se ganó al ser el oxígeno del expresidente en los últimos años.
Como su rival en las elecciones de este jueves, Luis Rubiales se alejó de Ángel María Villar cuando el vasco tocó la cárcel, maquillando el apoyo que antes le había brindado. De él todavía dice que desea "que pueda demostrar su inocencia". Fue el hoy ya presidente de la Federación el que impulsó una moción de censura (no se llegó a votar porque el CSD le destituyó) contra aquél con el que se entendió a la perfección durante siete años, formando una relación de unidad entre RFEF y AFE contra la LFP de Javier Tebas.
Luis Rubiales es un apasionado sindicalista que saltó a la fama en su época de jugador en el Levante, cuando lideró a su plantilla llevándola a la huelga en 2008. Ya como presidente de la AFE, sustituyendo a Gerardo González Movilla, amenazó con varias huelgas que pusieron en jaque al fútbol español y llegó incluso a retrasar el comienzo de la temporada 2012/13 como forma de protesta por los impagos que algunos equipos cometían. Nunca antes la AFE había sido tan reivindicativa y activa. Rubiales llegó a involucrar a grandes futbolistas, demostrando así su poder de liderazgo y su penetración en los vestuarios no solo del fútbol más humilde sino también en aquellos más grandes.
Desde hace años mantiene un enfrentamiento con Javier Tebas, que sí se acercó más en los últimos tiempos a Larrea, por lo que la elección de Luis Rubiales se interpreta también como un voto en contra del presidente de la LFP desde las entrañas de la Federación. Rubiales se presenta como un presidente "no manejable y demócrata convencido" respecto a Tebas, que dice de él "no está preparado ni capacitado".
Pese a tener, o así se vendió en un inicio, al fútbol profesional y árbitros en contra (importante estos últimos), Rubiales ha hecho hasta 80.000 kilómetros por España para alcanzar la presidencia, a la que llega con el voto decisivo de las federaciones territoriales y del fútbol no profesional, quizá el que más conozca junto al colectivo de jugadores. Tiene mérito, porque el fútbol profesional y los árbitros (los que siempre han mandado) apoyaban a Juan Luis Larrea.
El nuevo presidente, que no se moja en alguno de los principales debates que existen en el seno del fútbol español (formato de Copa del Rey, designación del estadio de la final, reforma de la 2ªB y 3ª o videoarbitraje), se compromete a un comportamiento ético en la Federación, con un órgano externo de control, y a integrar más a la mujer, el fútbol sala y el fútbol playa en la Federación.
Con 40 años, Luis Rubiales llega a la silla más preciada del fútbol español contra todo pronóstico. El 'delfín' de Villar ganó al tesorero y amigo fiel de Villar. Ahora Rubiales alcanza el lugar en el que se toman las decisiones. Él, que siempre estuvo abajo en la 'lucha sindicalista futbolística'.