El balón de fútbol, 15 años después, vuelve a sonreír en Extremadura. Tres lustros después, tras muchas penurias y tristezas detrás, tras desapariciones y mucho barro, un equipo extremeño militará en el fútbol profesional. Y no ha sido fácil llegar aquí. Como tampoco será seguir. Pero, al fin, se ha conseguido.
El Extremadura Unión Deportiva, creado en 2007 y heredero del CF Extremadura que llegó a militar dos años en Primera División (1996/97 y 1998/99), ascendió este domingo (24 de junio de 2018, fecha ya histórica para el fútbol extremeño) en Cartagena. Un 0-0 en la vuelta de la eliminatoria decisiva de los playoffs de ascenso hizo bueno el 1-0 de la ida en el Francisco de la Hera y mandó al equipo azulgrana a la Segunda División.
Al zapatazo de Pepe Tirado en el Carlos Belmonte de Albacete y al remate de Pedro José en O Couto de Ourense, los dos goles de los dos ascensos a Primera del añorado CF Extremadura, se les une el gol de Pardo de la ida, el tanto que quedará en la retina de todos los extremeños. Al fin Extremadura tendrá un equipo en el fútbol profesional. Al fin. Han sido 15 años de espera.
El del Extremadura UD ha sido un ascenso mezclado con las prisas de banquillo (hasta cuatro técnicos ha tenido esta temporada) y cocinado a fuego lento por un hombre que es santo y seña de la ciudad de Almendralejo: Juan Sabas. Él, desde el banquillo, es el gran artífice de una hazaña.
El que fuera futbolista de Atlético de Madrid y Betis, entre otros, ha obrado un milagro difícil de explicar en estos tiempos. Llegó en mayo de 2017 con el equipo al borde del descenso a Tercera. Le salvó y se quedó. Justo antes de disputar la primera jornada de la temporada que ahora acaba el club le destituyó. Tras echar a sus tres sustitutos (Agustín Izquierdo, Manolo Ruiz y Martín Vázquez), el Extremadura volvió a llamarle a dos jornadas del final como flotador de un proyecto que tenía como objetivo jugar los playoffs de ascenso y estaba fuera de ellos.
Y 'Sabitas' lo logró. Lo colocó cuarto y desde ahí fue labrando un ascenso épico. Eliminó al filial del Deportivo en La Coruña en la prórroga. Remontó en Miranda de Ebro. Y lo consiguió en Cartagonova con 1.000 extremeños que se recorrieron España de oeste a este para estar allí donde se escribe la historia. A dos campeones de grupos (y un segundo clasificado) eliminó este Extremadura que siempre jugó los partidos de vuelta fuera. Pocos ascensos en estos playoffs fueron tan brillantes como este.
Almendralejo, la capital del fútbol modesto, la del barro y las torretas, la de las cigüeñas y los 38 grados a la sombra, volverá a estar en Segunda División. La última vez en esta categoría fue en 2002, cuando comenzó el declive del anterior equipo que acabó desapareciendo. Se fundó el actual, que arrancó desde la regional extremeña y hoy alcanza la gloria.
Y no ha sido fácil para el fútbol extremeño. Desde aquel 2003 en el que el CD Badajoz bajó a Segunda B y dejó a Extremadura huérfana de fútbol profesional muchas lágrimas llegaron. Desaparecieron los tres equipos que más lejos habían llegado a la cima. Se nos fue el 'biri, biri, biri' del CF Extremadura, la magia del CP Mérida y el propio Badajoz. Todos se refundaron o nacieron nuevos, pero algo se perdió. De los 'grandes', solo aguantó el Cacereño, ahora pasando penurias económicas y futbolísticas en Tercera.
Este ascenso supone un impulso para una región abandonada y muchas veces despreciada por gobiernos de uno y otro color, una región con tanta historia como otras. Es por ello que allí su gente se une para el progreso de su tierra, como ocurre día a día con la reivindicación de un tren digno, del siglo XXI y no del XIX, y también lo hizo ahora, aunque su importancia ni mucho menos sea la misma, con el equipo de fútbol que lleva el nombre de la región por España. El ascenso de Extremadura no es solo de Almendralejo, sino de la comunidad entera, desde La Vera hasta Tierra de Barros, desde Las Hurdes a La Siberia.
Y la unión en fútbol es total. Aquí no hay rivalidades, la bandera tricolor (verde, blanca y negra) está por encima de todos. Así se entiende que a la mínima discrepancia intervenga hasta Fernández Vara, presidente de la Junta, y que este domingo todos los clubes extremeños empujaran al Extremadura. El ascenso es un premio para toda una región que deseaba al fin celebrar esto. Se ha conseguido y ahora queda lo más difícil: mantenerse. Por los amantes del fútbol extremeño de ayer y de hoy. Por todos. Felicidades Extremadura.