El mercado de fichajes llega a su fin, y los aficionados a este apartado del fútbol no pueden evitar los nervios en torno a ese famosos último día. Un día en el que tradicionalmente coinciden los cierres de las ventanas de traspasos de las ligas más importantes, pese a que en Inglaterra esto haya tenido lugar semanas antes.
Por norma, se asocia este día como aquel en el que los clubes realizan alguna locura. Al no ver satisfechas sus pretensiones económicas, las direcciones deportivas lo apuestan todo a un último movimiento millonario sobre la bocina. Sin embargo, ¿es realmente cierta esta creencia?
Lo cierto es que, tal y como muestran los datos, en los al menos últimos diez años, el 31 de septiembre se han llevado a cabo numerosos traspasos, pero ninguno de especial relevancia o precio. De hecho, los más mediáticos -y a su vez, los más caros- no superaron los 50 millones de euros -una cifra estratosférica, pero que palidece en comparación a los precios actuales-: Julian Draxler, Alex Oxlade-Chamberlain, David Luiz y Moussa Sissoko.
No más de 50 millones
El primero ha sido el más costoso. 43 millones de euros pago el Wolfsburgo al Schalke 04 el 31 de septiembre de 2015 para hacerse con los servicios del internacional alemán, que actualmente se encuentra en las filas del PSG. Exactamente un año después, el 31 de septiembre de 2016, Chelsea y Tottenham Hotspur firmaban respectivamente a David Luiz y Moussa Sissoko por 35 millones de euros cada uno.
El central brasileño regresaba a Londres tras su etapa en el PSG, mientras que el centrocampista francés salía del Newcastle United tras su buen hacer en la Eurocopa de Francia 2016. Sin embargo, ninguno de ellos ha terminado por asentarse como titular en su club, de la misma forma que el citado Draxler, quien vive a la sombra de Neymar en Francia.
Pero aquí no acaba la cosa. En 2014 el Chelsea ya hizo el fichaje más caro del último día de mercado, aunque en este caso menos mediático: Loïc Rémy llegaba procedente del Queens Park Rangers a cambio de 13,2 millones. Actualmente, el delantero francés milita en el Lille, de la Ligue 1. Un año antes, el conjunto blue también se había llevado el 'mérito' de firmar el fichaje más caro del día de cierre: Christian Atsu por tres millones de euros.
Un tal Chygrynskiy
Otro equipo inglés ya había subido las pretensiones. El Manchester City firmó en 2012 al español Javi García por 20,2 millones de euros. Y de nuevo en 2011, cuando el Fulham firmó al costarricense Bryan Ruiz por doce 'kilos'. En 2010, Robinho se marchó al Milan por 18 millones. Todos estos fichajes tiene algo en común: fueron los más caros de sus respectivos días de cierre en cada año.
Hay que remontarse hasta 2009 para encontrar un fichaje que verdaderamente llamó la atención. Y no precisamente por buenos motivos. El FC Barcelona firmaba, por petición expresa de Pep Guardiola, a Dmytro Chygrynskiy, pagando nada más y nada menos que 25 millones de euros al Shakhtar Donetsk. El central ucraniano forma ya parte de la historia por ser uno de los fichajes más desastrosos del conjunto catalán.
Para cerrar, un último apunte: el fichaje más caro del 31 de septiembre de 2008 fue Thiago Neves, quien desembarcó en el Hamburgo por nueve millones de euros. Todos estos son el ejemplo perfecto de que el último día de mercado no deja tantas 'locuras' como a priori se pueda pensar.
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