Una nueva era ha comenzado en la selección española. El combinado nacional suma sus partidos en la UEFA Nations League por victorias tras ganar a Inglaterra (1-2) y golear a Croacia por 6-0. Luis Enrique ha refrescado la imagen del equipo después de despedidas tan importantes como las de Iniesta o Piqué, pero también dejando en casa a un jugador como Jordi Alba o llevando a otros futbolistas en un sobresaliente estado de forma como Marcos Alonso.
La ilusión vuelve a hacerse paso entre la afición, pero también deja un gran señalado: Luis Rubiales. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol decidió, de forma unilateral y con la negativa del vestuario, despedir a Julen Lopetegui después de que este diese el 'sí, quiero' al Real Madrid.
El técnico vasco llegó a un acuerdo con el club blanco, pero no ocuparía su nuevo cargo hasta que acabase el Mundial de Rusia. Sin embargo, el máximo mandatario del fútbol español dejó a España sin entrenador a dos días del debut y con unos jugadores desubicados antes de la gran cita del mundo del fútbol.
La decisión de Rubiales de despedir a Lopetegui arruinó las opciones de España al acabar con una dirección impecable hasta la fecha, un estilo implantado y el buen ambiente en el vestuario. El de Asteasu dirigió 20 encuentros con un balance de 14 triunfos y 6 empates. En lo que se refiere solo a partidos oficiales, el registro es de 9 victorias y un empate frente a Italia.
La comparación deja retratado a Rubiales
A tenor de estos números en la fase de clasificación para el pasado Mundial celebrado en Rusia, en el que solo se registró un empate con Julen Lopetegui a los mandos se contrapone a la imagen que dio la Selección en la cita internacional disputada durante el verano de 2018. Con Fernando Hierro en el banquillo, España se clasificó como primera del Grupo B aunque dejando no muy buenas sensaciones.
El combinado nacional sumó 5 puntos en 3 partidos, con un bagaje de 6 goles a favor y 5 en contra. España empató con Portugal, venció a Irán por la mínima y volvió a firmar tablas contra Marruecos. Sin embargo, la Selección dio la sorpresa en los octavos de final al caer contra Rusia en la tanda de penaltis. Además de los resultados, los numerosos fallos en defensa, el mal estado de De Gea y el pobre poder ofensivo acabaron por lastrar a los de Hierro.
Todo ello es ya pasado. El futuro pasa por las manos de un Luis Enrique, quien pese a ser muy discutido cuando se conoció su nombramiento ha demostrado no casarse con nadie en estas primeras semanas en el cargo. La llegada del técnico asturiano ha devuelto la calma y la dirección que el equipo perdió con Fernando Hierro al frente durante el Mundial, ya que España no fue reconocible durante el campeonato en Rusia.
Los cambios que implantó Lopetegui y consuma Luis Enrique
El uso de Asensio o Saúl, que no contaron para Hierro durante el Mundial pero que sí que fueron elegidos por Lopetegui en la lista, ahora se está demostrando como clave. Ante Inglaterra el pasado sábado, el centrocampista del Atlético de Madrid volvió a ser tan importante como lo es en el club rojiblanco. Pero si hay un futbolista que comienza a destacar por encima del resto, ese es Marco Asensio.
El jugador del Real Madrid fue el protagonista en la goleada a la Croacia de Modric, la subcampeona en Rusia. El '20' de España y del club blanco ha logrado dar un paso adelante en el comienzo de la 2018/2019 gracias a la confianza de Julen Lopetegui y también de Luis Enrique en el combinado nacional. Otros jugadores como Nacho se han visto asimismo reforzados, mientras que hasta De Gea parece otro.
Una de las noticias de la convocatoria fue la ausencia de Aspas, por el que ya apostó para el Mundial Lopetegui. Pero tras abandonar la concentración Diego Costa por motivos personales, el seleccionador natural de Gijón decidió llamar al gallego y no dudó en reconocer su error al verle entrenar junto al resto.
La selección española se ha reiniciado tras un Mundial en el que la decisión de Rubiales menguó a un equipo que estaba llamado a hacer algo grande en Rusia. Con Luis Enrique se vuelve 'a los orígenes' y se comprueba que la cacicada del presidente de la RFEF costó muy cara a un país que quería volver a saborear las mieles del éxito y olvidar lo sucedido en Brasil en 2014.
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